Ekaterina – Llegas tarde – ignoro completamente las palabras de mi hermano y sigo de largo para subirme al jet que nos llevará al otro lado del país. Se siente como que últimamente no dejo de viajar, y me gustaría decir que es por placer, pero no, no es así. Al menos esta vez no saldré del continente. – Tenia cosas pendientes – le sonrío a la tripulante de cabina que se acerca con una taza de café sin siquiera tener que pedírselo y niego cuando me ofrece algo más. – Esta mierda tiene que ser rápido – dice Viktor subiendo detrás de nosotros. Asiento. Espero que sea así. – No sé por qué tenemos que estar todos, debería ser suficiente contigo ¿no es así? – volteo hacia mi hermano menor, que se queda viendo por la ventana fijamente mientras me responde. – Es que eres un grano en el culo