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Esto Es Una Maldición
Zack se detuvo frente a la puerta de la sala de guerra de la Cúpula y tomó aire antes de tocar, pero una voz lo detuvo en seco.
- ¡Oye! - le gritó un hombre mientras se acercaba - ¿Quién te llamó a ti? - lo miró molesto con los brazos cruzados en el pecho.
- Hola Noah. - saludó desganado - ¿No se suponía que estabas en el ejército?
- Llegué hace dos semanas. - aclaró - Mi asignación terminó.
- Espero que te adaptes bien, la cúpula no es lo mismo que la milicia.
- Lo sé. - le dijo orgulloso - Tu habrías estado conmigo si no te hubieses acoplado con ese guía.
Zack contuvo el aliento.
Hace un año que Cassis había muerto y trataba de no hablar de él, la experiencia de ser su esper fue todo menos buena. Aún tenía pesadillas horribles por las cosas que tuvo que hacer, muchas de ellas contra de su voluntad, porque era eso o sufrir un dolor inexplicable.
Cuando fue seleccionado por la base de compatibilidad, pensó en que era afortunado de estar emparejado a los dieciocho años. Faltaban dos días para cumplir los dieciocho y el resultar vinculado le hizo tener esperanzas de un futuro feliz. Hasta que conoció a Cassis. Su guía.
El director de la cúpula después de la muerte de Liam Allen, un guía de tercer círculo extremadamente poderoso. Su reputación de estratega y político lo precedía y cuando lo vio en la sala la primera vez, su poder lo envolvió como si lo atrapara para siempre.
El guía tenía veintinueve años y el dieciocho cuando comenzó la convivencia por lo que no pudo interactuar en trabajos en la comunidad Norm como lo hizo su hermano frente a él. Iban a partir juntos e incluso habían coordinado que, después de los tres meses de entrenamiento, obteniendo su implante se le uniría, pero eso nunca pasó.
Cassis lo mantuvo a su lado, no por un vínculo más allá del SICOM, si no por sus habilidades. Zack era un esper psíquico y tenía la capacidad de crear y destruir la mente humana, crear visiones aterradoras de tus mayores miedos o espejismos de los deseos mas profundos del corazón, como el espejo de Erised.
El guía lo utilizó como una herramienta de tortura y represión mientras trataba de convertir a los metahumanos, especialmente a los espers en sus máquinas perfectas. Unas que estuvieran sobre la comunidad de humanos, pero bajo su control.
Una vez que alcanzó el nivel 90, a costa de un entrenamiento que podría haber llamado campo de tortura por culpa de Cassis, fue el primer esper en alcanzar ese nivel con sólo una semana de entrenamiento con su guía por lo que recibió el implante que lo convertía en Fénix. Después de eso, sólo recibió el toque de guía como medio de control y sumisión.
Aunque tenía el implante, Zack pasaba por terribles estados de rechazo con solo sentir las estelas de Cassis a su alrededor y sólo Anthea Allen pudo percibir su dolor. Aún podía recordar el día cuando el director forzó a Jasper, el único esper que podía entrenar con ella sin desmayarse debido a su gran cantidad de energía, a completar una sesión de guía. A Cassis no le importó que el esper estuviera vinculado a un SICOM de segunda oportunidad o que pudiese hacer explotar sus habilidades activando el implante de su sien, matándolo frente a su compañera o que la guía con la que estaba entrenando de apenas quince años.
En ese momento, cuando ella alcanzó el nivel de dominio como guía de tercer círculo y sus habilidades explotaron al contener la energía de Jasper, todos, guías y esper que estaban en la cúpula en ese momento, sintieron el toque de su guía. Una energía tan profunda y acogedora que parecía decirles que todo estaría bien, eso lo conmovió y jamás lo olvidó. Esa era la guía que debían seguir, no el camino de Cassis y el dolor que le acompañaba. Para ella eran iguales, complementos de un todo, no en una relación asimétrica o considerados como objetos.
Después de ese día, la siguió en silencio, admirando la fuerza que tenía y, a la vez, vigilando a Cassis para que no le hiciera daño. Es por eso que la había ayudado a espaldas de su guía en varias ocasiones, pero lo demostró a los demás cuando fue secuestrada por la mujer Norm, Lidia.
Ahora tenía veinticinco años y hace un año que era libre del infierno que había sido estar cerca de Cassis. Aún la gente temía estar a su lado y era comprensible debido a todo lo que hizo controlado por el guía, pero estaba en paz con eso ya que ahora podía vivir tranquilo de manera independiente al tener el implante y podía trabajar en la cúpula con el equipo de la guía Allen. Ella confiaba en él, independiente de todo su pasado y eso era lo que importaba. Si la imagen que los demás tenían de él, buena o mala, no cambiaba, no era su asunto.
Miró detenidamente a su mellizo frente a él y sonrió. Zack era mayor por cinco minutos, pero ahora se sentía siglos más viejo. Noah con su cabello alborotado de color castaño, sus ojos verdes, piel tostada por el sol y actitud desenfadada por haber vivido ocho años con Norms en el ejército contrastaba con la suya, de piel blanca y cabello castaño, casi n***o con ojos de color verde. Su hermano no llevaba implante debido a que había sido convocado con rapidez y como su rango M, era manejable por un guía con menos del 30% de compatibilidad, este podría estabilizarlo con mayor facilidad. Además, conociendo a Cassis, debía haber partido con instrucciones precisas al comandante de la unidad para matarlo si no lograba estabilizarse.
Ambos estaban en buena forma por el entrenamiento físico que les ayudaba a calmar sus habilidades, pero Noah siempre fue el sociable y el desenfadado. Sus habilidades, aunque eran fuertes como las suyas, solo se manifestaban en el control del agua y en especial, detectándola y controlándola en la naturaleza. Era por eso que lo habían enrolado en el ejército a fin de buscar fuentes de agua que pudiesen servir para los pueblos de refugiados o en desastres donde el agua limpia era valiosa.
- ¿De qué te ríes? - le preguntó Noah - No le veo lo gracioso a eso. Ese bastardo te hizo daño, lo sé aunque no me lo digas. Podía sentirlo.
- Ya está muerto, déjalo así. - le dijo encogiéndose de hombros haciendo que su hermano frunciera el ceño.
Cuando Zack tuvo que quedarse por su Guía, se sintió feliz de que su hermano hubiese encontrado a un compañero, pero sólo fue una ilusión. De las pocas veces que logró hablar con él, su rostro se veía inexpresivo y sin vida y hace unos cinco años perdió todo contacto. No respondía a sus llamadas ni correos y las veces que había regresado a la cúpula por descanso, no habían coincidido.
No mentía cuando le dijo que podía sentirlo. Muchas veces había despertado gritando de dolor como si estuviera siendo torturado. Esa conexión de gemelos no se había perdido aunque estuvieran separados a miles de millas y ahora, que había regresado, trataría de acercarse a él nuevamente.
- Esper Grant... - dijo una voz femenina junto a ellos haciéndolos girar para verla.
Anthea estaba de pie frente a ellos con una mirada divertida y una sonrisa franca.
- Oh, vaya. - les dijo - Vamos a tener que hacer algo con su identificación. Si van a estar juntos en esto, necesito diferenciarlos. - vio que la miraban confundidos, pero los ignoró caminando a la mesa de reuniones donde estaba la directora Davies, el guía Brown y su esper John Wade - Los gemelos están aquí, directora. - avisó sentándose a la derecha de Davies mientras ellos se permanecieron de pie.
- Buenos directora Davies. - saludó Zack educado - Esper Grant aquí presente.
Noah sonrió. Su hermano le estaba diciendo quien era la mujer y cómo comportarse en ese entorno después de pasar tanto tiempo con el ejército con Norms.
- Buenos días directora Davies. - le imitó - Esper Grant aquí presente.
- Oh, Es divertido. - dijo John sonriendo a la Guía más joven - Ahora entiendo porque dijiste que iba a ser un problema diferenciarlos.
- Lo arreglaré en cuanto acabemos la reunión. - les dijo - Ahora, quiero presentarles al Guía Brown, jefe del departamento de investigación de la Cúpula. - el guía vestido con uniforme gris perla los saludó con un gesto de cabeza - A su lado está el segundo al mando en la unidad de investigación, el esper Wade. - el hombre vestido con un uniforme de esper como el de ellos los saludó de igual forma - El esper Grant me conoce, pero creo que su hermano no debe saber de mí. Soy Anthea Allen, guía de tercer círculo y comandante de la unidad de seguridad de la Cúpula.
- Saludos, guía Allen. - le dijo Noah - He escuchado de usted aunque no la había visto.
- Me alegra. - dijo la directora Davies con una sonrisa - Ahora que las presentaciones están hechas, se les ha pedido venir debido a una situación compleja. - Ambos hermanos se miraron y luego de regreso al grupo.
- Trataremos de ayudar en lo que podamos. - le dijo Zack respetuoso.
- Espero que así sea, esper Grant. - le dijo V. - Esto también lo involucra a usted.
- Lo haré...