Nunca en su vida había tenido una experiencia s****l en una bañera, pero en ese preciso momento se estaba volviendo su sitio favorito. Las grandes manos de Anthony acariciaban sus nalgas de manera fuerte, desesperada; mientras dejaba besos calientes en su cuello haciéndole soltar gemidos de placer, sus cuerpos pegados, el calor que emanaba cada uno, algo que jamás olvidaría sin duda.
Los labios del alfa empezaron a dejar un camino de besos en el cuello de la rubia haciéndola temblar ante el suave tacto, entonces una mano viajo hasta su mejilla, abrió los ojos, la mirada fija del mayor la hizo sentir hipnotizada y cuando se acerco para rozar sus labios, sintió un cosquilleó por todo su cuerpo.
— Eres tan hermosa... —murmuro en los labios gruesos de la rubia.
Y sentía que iba a desfallece
