VINISTE

2382 Words
NARRA ESMERALDA —¿Por qué lo dices? ¿Qué es lo que está pasando papá? —le digo tratando de mantener la calma. No dejando ver la ansiedad que esas palabras me causa. Lo que me parece súper impresionante es que mi padre esté queriendo justificar las acciones de Máximo. —Esa noche, él me mando a llamar y fui a su habitación de hotel acompañado de Gerardo. Le dimos su merecido pues nadie se mete con una mujer de nuestra familia de esa manera sin llevarse sus golpes. Me explicó que… —fue así como mi padre comenzó a contarme todo lo que habló con Máximo y la petición que él le hizo. Mantenerme a salvo, no necesité preguntar porque mi padre fue muy atento al explicarme cada detalle. Alexandra Konikov la esposa de Máximo, la hija de un hombre que puede poner a temblar todo Rusia con una palabra. La sobrina de Máximo, la hija de Isabella. Cada detalle iba resonando una y otra vez en mi cabeza. No pude evitar que una lágrima bajara por mi mejilla al darme cuenta que aunque fue el hombre más estúpidamente idiota que he conocido. También tenía que reconocer que el poner primero a su sobrina antes que el amor fue un punto a su favor. Mas sin embargo, lo que pasó entre nosotros y como se dieron las cosas son más complicadas de lo que parecen. Sus palabras fueron muy crueles y han creado una herida muy grande en mí. Ahora que se la razón detrás de ese mal momento no borra que se acercó a mí por culpa de una venganza. —Toma un poco de agua, no sé porque, pero siento que se vienen días cada vez más difíciles para todos nosotros. El saber la verdad te traerá un poco de paz a tu corazón. Máximo se acercó a ti con las intenciones equivocadas, pero se alejó por las razones correctas. Eventualmente ustedes tendrán que volver a verse, hablarse y recomiendo que te prepares para ese momento. No será ahora o pronto, por lo que mejor concéntrate en cuidar de ti y mi nieta a la que espero con muchas ansias —comenta después de entregarme un vaso de agua y acariciar mi cabeza. Me da un beso en la frente y me ayuda a llegar hasta mi cama. Hasta se toma el tiempo de cubrirme con la sábana como si fuera una pequeña niña. No sé si son mis hormonas o por lo sensible que me encuentro que el pensamiento de que muy pronto pueda que ya no los tenga conmigo me golpeo. A tal punto que tomé su mano para evitar que se fuera. —¿Podrías quedarte aquí conmigo como cuando tenía miedo de las tormentas eléctricas? —le pregunto soltando un sollozo. —Claro, cariño —dijo viniendo a el otro lado de mi cama, se recostó y golpeo su pecho invitándome a poner mi cabeza sobre él. Traté de controlar mi llanto, pero me fue imposible hacerlo. —Ya mi niña. No quiero que esto que te acabo de decir haga que te sientas mal y que eso afecte a nuestra pequeñita. Descansa, respira y sonríe que todos los días traen su propio afán y el tuyo ya no debe ser sufrir. Máximo te ama si no, no hubiera hecho lo que hizo. Ahora duerme, yo cuidare tus sueños. Espantaré cualquier mal que quiera venir a tu vida y en tus sueños. Me limité a asentir y llorar silenciosamente en su pecho hasta quedarme dormida. Tratando de sacar el pensamiento a perderlo algún día. El tiempo siguió pasando y por más que quisiera hacerme la fuerte. Cada día para mí era más difícil de sobrellevar. Levantarme de la cama y caminar al baño era como si había corrido una milla sin parar. Me sentía muy cansada, ya le había dicho a mi médico y mi doctora también tenía conocimiento de todo lo que me estaba pasando. Había llegado a mi 7 mes de embarazo y la doctora ya estaba optando por inyectarme medicamentos que ayudaran a la rápida maduración de los pulmones de mi bebé. Les pedí guardar el secreto de mi familia. Deseaba llevar este embarazo al límite permitido por mi cuerpo. También sentía leves dolores en mi pecho, eran llevaderos y con estar recostada se me pasaban en brevedad. Sandy la novia de David iba y venía entre Clara y yo. Ambas embarazadas y con peculiaridades complicadas en nuestros embarazos. El de ella era una embarazo múltiple y el mío era por mi complicación cardiaca. Seguía sin entender el misterio de la misión en la que estaba David. Mi madre me evadía el tema siempre y su ánimo cambiaba por completo. No sé porque sentía que estaba ocultando algo. —¿En qué piensas? —me pregunta Peter quien se ha vuelto mi única compañía. Toda la familia andaba revolucionada por la llegada de los bebés de Ángel y Clara y toda la atención estaba con ellos. Mi hermano me mando una foto para presumir a sus 4 nietos. Esperaban tres, pero sorprendentemente y para bendición de sus padres fueron 4 pequeños que traerán muchos dolores de cabeza para sus padres. Mis padres han estado extraños e indiferente entre ellos. No me gustaría que ya a su edad las cosas terminen mal. Hoy se cumplían varios días de ese emocionante evento y aunque me moría por ir a conocerlos no podía. Tengo que estar en reposo absoluto. —Nada, me siento un poco cansada. Lo mismo de todos los días con mi pequeña Ivana —digo acariciando mi vientre. Mi pequeña Ivana era muy activa y siempre que le leía o cantaba se calmaba. Es increíble la conexión que he desarrollado con mi pequeña estando aun en mi vientre. —¡Por fin tenemos un nombre! —grita poniéndose a mi altura y tocando mi barriga—. ¿Es en honor a tu hermano o por esta razón? —No, Ivana tiene como significado “Regalo de Dios” y eso es lo que es ella para mí, un regalo de Dios —le respondí con un poco de pesar. —No me gusta esa carita. ¿Qué sucede en esa cabeza tuya ahora? —negué y respiré profundo. —Nada, solo que desde ayer en la mañana Máximo no me ha mandado ningún mensaje y tengo estas sensaciones extrañas en mi pecho —confieso y el negó tomando mi mano. —Mala hierba nunca muere querida. No te preocupes, todo está bien. Me preocupa la pequeña pelirroja que venía a cuidar de ti —me comenta y fruncí mi ceño al no entender su comentario. —¿Por qué tendrías que estar preocupado por Sandy? —pregunté directamente. Él se pone de pie y niega. —No por nada, es que… no debí comentarte nada. Olvida lo que dije, volveré más mañana a visitarte —dice y yo negué tomando su mano fuertemente. —Peter, tú no te vas hasta que me digas que es lo que está pasando —le dije en un tono que tengo un tiempo de no utilizar. Suspira sabiendo que acaba de meter la pata al comentarme eso. —La misión a la que fue tu sobrino. Incluye involucrarse con Francisca Dotti, la mujer prometida al padre de Máximo y hermana de la esposa de Máximo —abrí mis ojos a mas no poder al darme cuenta del plan que se cocinó en todo este tiempo a mis espaldas. Entre en mi celular y comencé a buscar en la internet. Había desactivado todo lo que a sociales se refería. Los videos de David tomando la mano y besando a la chica me lastimaron, pero más fue el pensar en Sandy viendo esos videos. —Ayúdame a llegar a la sala, necesito hablar con mis padres. Principalmente mi madre, esa señora me debe muchas explicaciones sobre lo que está pasando —él lo duda, pero logro convencerlo a llevarme hasta la sala. La puerta se abre y es mi padre muy molesto que ni se percata que estoy en la sala. —Papá, ¿Qué es lo que sucede? —pregunté para ver que me decía. —¡Que estoy harto de que tu madre siempre haga cosas a mi espalda! Estoy guardando el secreto de Máximo por el bien tuyo y de todos y ella… —mi padre se detiene y se sostiene el brazo izquierdo y se queja de dolor. —¡Peter ayúdalo! —Exclamé asustada después de verlo que estaba por desvanecerse. Mi primer pensamiento es que está teniendo un infarto. El corre hasta mi padre y lo encamina hasta la silla detrás de ellos. Logro ponerme de pie y llegar hasta ellos. —¡Respira papá! —le digo, él lo hace. —¡Llama una ambulancia Peter! —pedí y mi padre me toma de la mano. —Estoy bien, ya me está pasando —comentó tratando de regular su respiración. —¡Manuel! —gritó alguien desde la puerta. Volteo y es mi madre quien viene corriendo hacia nosotros. Detrás de ella viene Patricia y mi hermano Tiago. —No lo toques mamá —dije molesta evitando que se acerque a él. —¿Qué te pasa Esmeralda? No puedes hacer eso —comento mi hermana sorprendida. —Claro que puedo, Patricia. Mi padre se ha sentido mal por su culpa, por sus malditos secretos y deseos de siempre querer controlar la vida de todos. Ustedes cada uno vive en su casa con sus propios problemas, super ajenos a lo que pasa aquí. Yo vivo aquí y puedo ver lo que mis padres están pasando. Lamento ser la culpable de esta pelea, pero el único maduro para saber afrontar los problemas de la manera correcta ha sido mi padre. Dime madre, ¿A dónde enviaste a David y que lo mandaste hacer? ¿Dónde está Sandy? La lastimaste sin importarte un poco sus sentimientos y el dolor que esto le causaría. No se los detalles y no me interesan. Lo único que deseo es que esta mierda se arregle, porque no me quiero morir y que toda mi familia sea un desastre —dije llevando mi mano a mi pecho. Ya que sentía como mi corazón golpeaba fuertemente. —Cálmate, hija ven siéntate —me pide mi padre y yo asentí. —Yo me dejé cegar por la venganza y no me di las consecuencias de mis actos. Me arrepiento de haber actuado a espalda de todos y estoy pagando las consecuencias. David llevaba días desaparecido y no fue hasta esta mañana que apareció —comenta y cerré mis ojos fuertemente. —Pusiste su vida en peligro por una absurda venganza, sin una razón válida. Lo siento madre, pero en este momento no me eres diferente que Máximo. Buscan venganza y no solo se llevan entre las piernas a esa persona si no que terminan destrozándola y a todo lo que les rodea. Sandy terminó con el corazón destrozado. Esperó por David todo este tiempo, perdió su beca y no tuviste el valor de decirle tú lo que David estaba haciendo. Eso es como burlarse de ella en su cara porque estoy segura de que te preguntó por él en más de una ocasión. Sin mencionar a esa chica a la cual sabe Dios que le harán porque sabes muy bien que las infidelidades en esas organizaciones no terminan en fiesta y pastel, terminan en sangre y muerte. Como ultimo mamá te aconsejo que dejes a tus hijos y nietos equivocarse. Estar únicamente disponible para escuchar y aconsejar. Muchos de nosotros hemos ocultado nuestras relaciones o aflicciones por lo que sabemos cómo eres de intensa. Vive tranquila mamá y deja vivir con tropiezos o no, nosotros debemos por nuestra cuenta aprender a como levantarnos de cualquier caída en el camino. Entiendo que como madre solo quieres protegernos ahora lo entiendo, pero debes dejarnos volar —dije perdiendo completamente el aire. Esta vez el dolor en mi pecho se intensificó, acompañado de una molestia en la parte baja de mi vientre. —Esmeralda, cálmate. ¡Peter llama a su doctora! —escucho que mi padre grita. Me siento mareada y adormitada. —Max —fue lo último que susurré antes de entregarme a la oscuridad. —Esta estable. Su presión se elevó, pero logramos estabilizarla. Me temo que su corazón no resistirá si la bebé sigue en su cuerpo. Tenemos que hacer una cesárea de emergencia. La bebé está bien, hemos estado monitoreando cualquier cambio y todo está bien con ella. Mi recomendación es sacar a la pequeña y tratar de darles el tratamiento a ambas. Nacerá prematura, pero estamos listos para recibirla y hacer todo en nuestras manos para que este bien —escucho una voz que me trae de regreso. Abrí de apoco mis ojos, pero todo era borroso por culpa de las lágrimas acumuladas en mis ojos. También tenía una máscara de oxígeno colocada. —Esmeralda, cariño. Te harán una cesárea, tranquila. Todo estará bien hija, perdóname —escuché las palabras de mi madre y nuevamente la oscuridad me llevo. —¿Esmeralda? ¿Esmeralda? —escucho una voz femenina llamarme. Abrí mis ojos y esta vez mis ojos miraban con más claridad. —Ya te hemos preparado y te llevaremos al quirófano —escucho a la doctora, llevo una mano a mi vientre y siento que mi Ivana sigue conmigo y me dio tranquilidad al sentir como se movía en mi interior. Estaba por cerrar nuevamente mis ojos cuando siento como alguien toma mi mano. Levanto la mirada y choqué con unos hermosos ojos azules. —Viniste —logre decir a través de la mascarilla. —Principessa, sé que no me quieres aquí, pero aquí estoy y no me iré hasta ver que tus ojitos vuelvan a abrirse y nuestra hija este en tus brazos. Aunque si me das una oportunidad me gustaría poder quedarme a su lado para siempre. Tu vida es mi vida Esmeralda y no hay poder en la tierra que cambie eso. Se fuerte amor mío, nuestra hija te necesita y yo también. --------------------------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2304194085811

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