—Mmm —un gemido un poco ronco provino de ZhouYao dando aviso que estaba despertando, sus ojos se abrieron lentamente, entrecerró los ojos aún medio dormido y miró a la persona junto a él, le sonrió y saludó —Buenos días, BaoChen. BaoChen tragó saliva y sintió su corazón agitarse aún más —Buenos días, A- Yao, esto... ¿Estás bien? —Muy bien —respondió —¿Cómo se siente usted? ¿Ha dormido bien? —Estoy bien, dormí bien... ZhouYao se sentó en la cama, dicho movimiento hizo que la bata que cubría su cuerpo se deslizara ligeramente por su hombro derecho mostrando gran parte de sus clavículas y pecho, en el cuál había una marca roja muy notable. BaoChen se congeló en su lugar miró aquella marca por un tiempo y luego se obligó a apartar la vista hacia el rostro del contrario. —A-Yao, anoche...