—¡Hay una explicación para todo esto!. —HaoJi habló.
Aquella figura, aquella persona que les había encontrado en pleno acto no era otro más que Wang BaoChen. Ambos culpables no saben si deberían estar felices de que sea BaoChen y no ZhangRen o seguir nerviosos por la reacción que este podría tener.
—No creí esto de ustedes, ah, de verdad que ustedes no tienen vergüenza. —dijo con una expresión seria, más seria que lo normal y tampoco de podía ver aquella expresión amable que siempre estaba en el rostro de BaoChen.
Los rostros de HaoJi y Xiao Xian denotaban preocupación más no culpa ni arrepentimiento. Cuando vió sus expresiones, Wang BaoChen sin contenerse más soltó una risa ligera.
—No creí que ustedes lo estarían haciendo en la sala. ¿No son conscientes de lo que podría pasar?
HaoJi
