A diario me preguntaba porque las niñas de la escuela me decían que a pesar de que era una niña linda, solía ser rara, pues no le gustaba los juegos que ellas hacían, más bien a mí me llamaba la atención, estar junto a los niños y verlos jugar. Siempre fui una niña consentida, hija única, mi padre siempre me demostró un amor desmedido, tanto así que cualquier capricho que yo tenía él me lo suplía. Cuando mamá murió a causa de un cáncer, papá quedó dolido, pero siempre decía que mientras yo estuviera a su lado nada le faltaba. Con apenas 12 años de edad, estaba muy a la moda, siempre solía ver revistas y allí encontraba cosas que me agradaban, solo hacia falta que yo le dijera que lo deseaba y papá me lo traía. Le gustaba también comprarme ropa interior de toda una mujer, lencerí