NARRA LORENA —Tus deseos son órdenes, mi bonita. — me dice susurrándome en el oído. El me levanta del mueble sin romper el beso que me da al terminar esa frase, mis brazos rodean su cuello y nos lleva hasta lo que creo es su habitación. Me coloca suavemente sobre la cama, sin dejar de besar mis labios, mientras sus manos desabotonan mi vestido al terminar, el deja de besarme, así puede apreciar mis senos desnudos ya que no andaba brazier. —Son hermosos. — susurró acercándose y llevándose uno a la boca mientras apretaba el otro con su mano. Por más que mordí mis labios para no dejar escapar un gemido, no me pude resistí y lo dejé salir. El deja mis senos y sube por el valle entre estos para besar mi cuello. Mientras sus manos ahora van quitando la camisa que hace poco se había colocado.