NUEVA CANDIDATA A SER SU PROMETIDA

2848 Words
NARRA LORENA Llegue hasta el apartamento que me facilito Mary, dejo mis cosas en el cuarto. —Lorena, es que yo aún no asimilo nada de lo que te está pasando. — me dice Mary sorprendida, mientras estoy acomodando mi ropa en el ropero. —Se que Fabián parecerá un pelele o una marioneta de su madre, porque lo refleja en su modo de actuar, pero yo se que el no es así. Su madre es mala y lo se lo he visto, ella obligó a casarse a sus hijas como si fueran prendas de cambio por alguna sociedad o acciones en la compañía de sus yernos. Imagínate Irma, tiene 26 años y ya la pobre se ha casado dos veces y no por que ha querido, es porque su madre así lo ha querido. Nadie en esa familia puede tomar sus decisiones. Necesito ayudar a Fabián, se que el quiere estar conmigo tanto como yo con él. — le dije a Mary quien me mira sentada sobre la cama con sus brazos cruzados mientras niega. —Sabes que soy tu amiga y te quiero, pero mantén los pies en la tierra Lore, si tu suegra es tan mala como dices y si de buenas a primeras decidió divorciarlos es porque es algo permanente. No te gastes en pelear por un imposible, puedes salir muy lastimada y no deseo eso. — me dice viniendo a mi para abrazarme. Yo asentí en los brazos de Mary. —Necesito intentarlo Mary, se que no tendría que ser yo quien lo haga si no Fabián, pero debo intentarlo. Te prometo que a la primera señal de peligro o de algo me alejo. — le digo con mi mano en alto. Ella rueda los ojos. —Te deseo lo mejor, de todo corazón y sabes que puedes contar con nosotros. Debo irme, tengo que ir por los peques al jardín de niños. — yo asentí y me despido de ella con un abrazo y un beso. Me quedo sola en el apartamento terminando de arreglar mi ropa, la soledad es abrumadora, traicionera. “No me puedo quedar aquí sin hacer nada.” Me digo y busque un conjunto de oficina bonito color n***o, para ir a las oficinas principales de los hoteles de Lia. Ya que no son de mi padre, llego hasta el lugar y Judy la secretaría me mira, no la veo desde hace mucho tiempo, siempre fue muy amable conmigo y mi padre, ella me regala una sonrisa triste. —Señorita, no pensé volver a verla por aquí. Lamento mucho lo de su padre ¿Cómo está? — me pregunta y yo le contesto con una sonrisa igual a la que ella me ofreció. —Señorita deje la anunció con la señora Lía. — me dice yo asentí, escucho que Lia le contesta ya que dice que estoy aquí para verla. Judy se levanta y me abre la puerta, yo entro a ese lugar que siempre olía a tabaco ya que mi padre le gustará mucho fumar puro. Ahora huele a incienso, similar pero diferente. —Hola Lorena, ¿A que debo el honor de tu visita? — me pregunta juntando unos papeles que guarda en una carpeta. No se que método implementar con ella, nunca tuve relación con ella y cuando la miraba siempre era amable. A pesar que estuvo casada con mi padre 6 años, nunca me importó conocerla. —Hola Lia, La verdad es que en estas últimos días han pasado muchas cosas. Me divorcié de Fabián. — le suelto sin más, ella deja lo que está haciendo y fija su mirada en mi, recostándose en su escritorio. Una sonrisa se muestra en sus labios. —¿Así que no esperaron tanto? — me pregunta sarcásticamente y sonaba más como una afirmación que una pregunta. Yo estaba algo intrigada por su comentario. —¿Como así que no esperaron tanto? — le pregunto con la ceja alzada. —No es nada Lorena, solo te puedo decir qué hay cosas que no son lo que parecen. Y con esa familia especialmente. — me dice y eso solo abre más la brecha a mi curiosidad. ¿Ella sabe algo sobre ellos? ¿Porque está tan enterada de lo que hacen y dejan de hacer? —No le pongas atención a esas cosas, no me has dicho a qué debo en honor de tu visita. — me dice para cambiar el tema. —¿Podría haber una manera en la que me podrías acceder algo de lo que te dejo mi papá? — me atrevo a preguntar, se que hacer esto es humillarme ante ella, pero no tengo que otra. —¿Que quieres que? No, Lorena, tu padre por alguna razón dejo todo a nombre mío. — dice y se escucha su teléfono vibrar. Ella lo toma y parece leer algo en él. Deja el teléfono de lado y me mira a mi. —Mira, para que veas que no soy tan mala como has de creer que soy. Te daré 50% de la compañía, si logras algo. — me dice y mi rostro se ilumina ante esa posibilidad. Me acomodo en la silla para ponerle atención. —Dime, haré lo que sea. — le digo ella eleva la ceja. —Primero necesito saber algo, ¿Porque estas interesada en la empresa ahora? — me pregunta y no se si decirle la verdad se correcto, pero no tengo otra explicación para dar. —Fabian y yo nos amamos y se que de la única manera de volver con el es tener lo que alguna vez podía tener. Según eso dijo su madre. — le digo honestamente. Ella me ve en sorpresa. —Lorena, no se si lo haces porque estás locamente enamorada o porque eres totalmente estupida. Ten un poco de amor propio, no seas tan inocente e ingenua. ¿Como vas a volver con un hombre que te dejo ir sin rechistar solo por complacer a su mami? ¿Crees que si te amara no hubiera peleado en contra de su madre? Fabian no te quiere Lorena, quería lo que eras cuando tu padre estaba en vida. Si tanto estás dispuesta a humillarte por un hombre que no vale la pena, te ofrezco lo siguiente. Serás mucama en el hotel de la Avenida Locuet, hablaré con el manager y si en un lapso de 8 meses, tú eres capaz de ir escalando de posición a base de trabajo, dedicación y esfuerzo. Te daré lo que deseas no antes ni después. Es mi oferta lo tomas o lo dejas. — dijo ella volviendo a revisar unos papeles. Mi respiración se volvió pesada por sus palabras, pueda que tenga razón, pero haré todo lo que tenga de hacer por amor. —Entiendo lo que me dices Lía, y pueda que me vea como una estupida ante tus ojos, pero esta estupida ya ha perdido muchas personas que amaba en su vida y por dinero no estoy dispuesta a perder más. Acepto tu propuesta. — tomó una pequeña hoja de color naranja con pegatina que tiene ella a un lado del monitor de la computadora y escribo mi número y mi dirección en ella. —Aquí está mi número y mi dirección por si la necesitas para confirmarme cuando puedo presentarme a trabajar. Te agradezco Lia, ya no te interrumpo mas, ten feliz tarde. — le digo mienta me levantaba de la silla le regale una sonrisa antes de salir de la oficina. Dejándome ahí viéndome algo sorprendida. Cierro la puerta y respiro, algo alegre pues hay una posibilidad de poder recuperar el 50% de la compañía. Ahora debo ir a tomar el toro por los cuernos, necesito ir y hacerle una visita a mi ex suegra. Salgo de ahí después de despedirme de Judy. Tomo un taxi y pido que me lleven al edificio Castellana. Al llegar pido ver a la señora Valentina, ya me conocen así que solo me dejan subir por el elevador hasta el piso donde se encuentran las oficinas administrativas. Al llegar su secretario, un hombre joven, alto fornido de muy buen ver, me recibe le digo si puedo ver a la señora Valentina, el toca levemente la puerta entra me anuncia y luego me hace seña de entrar. Al hacerlo veo una joven rubia, tal vez universitaria, es muy bonita. Ella está sentada frente a mi ex suegra, quien me recibe con una sonrisa. —Hola Lorena, ¿qué haces aquí? Espero no estés violando los términos del divorcio con mi hijo. — dice y mi corazón se estruja al escuchar eso y que ella lo diga frente a otra chica. —¿Podría darme unos minutos de su tiempo? — le pido yo amablemente sin que notara que su simple comentario me incómodo. Ella asiente, mira a la chica y le sonríe. —Pamela hermosa, ¿podrías disculparme un momento? Solo cruzo un par de palabras con ella y seguimos nuestra conversación. — le dice con una sonrisa de ojera a oreja. —Claro, esperare afuera. — le dice la joven que ahora se que se nombra Pamela. Ella sale de la oficina, dejándonos solas. —Dime a que has venido Lorena. No tengo todo el día para perderlo con alguien como tú. — me dice y su frialdad se siente como una bofetada, antes era un amor conmigo y ahora no es, pero ni un porcentaje de lo que era antes. —Lia me devolverá el 50% de los hoteles. — le digo y ella abre sus ojos y da una sonrisa. —¿De verdad? — me pregunta dudando de lo que le acabo de decir. —Si señora Valentina, ella accedió. Solo tengo que esperar 8 meses para que eso suceda. — digo y ella se carcajea en mi cara. Mientras me mira, como si le acabara de contar algún chiste. —Lorena, Lorena. Tengo unas preguntas para ti. ¿Crees que mi hijo estará tanto tiempo solo? ¿Crees que el esperara por ti tanto tiempo? No me hagas reír Lorena. Mira para que veas que no soy tan mala. No podré esperar 8 meses, ni mi hijo tampoco es un hombre joven y necesita cubrir sus necesidades. Así que te daré 3 meses, si en ese tiempo tú no logras nada, no podré ayudarte Lorena. Viste a Pamela, es más joven que tu, más hermosa y es la hija del recién nombrado ministro de finanzas del país, Leonel Smith. Como sabrás será la candidata perfecta para ser la nueva esposa de mi hijo. Claro si no es que mi hijo por voluntad propia no cae antes ante sus encantos y pues en ese caso no podré hacer nada por ti. — me dice llevándose el bolígrafo que tiene en su mano a una esquina de sus labios y viéndome con burla. No se en que momento siento una lagrima rodar por mi mejilla. No quiera imaginarme tal cosa suceder. —Eso no sucederá señora, se que Fabián me ama y ambos encontraremos la manera de estar juntos. — le digo ella se levanta de su silla y arregla su falda. Se dirige hasta la puerta y la abre. —Eso solo el tiempo lo dirá querida, mientras tanto, tú ya sabes que es lo que tienes que hacer, de mujer a mujer te doy un consejito. Los hombres son como las herramientas, mientras no necesites utilizarlas son inútiles e inservibles la mayoría del tiempo. Ningún hombre vale una humillación. Esto lo aprendí con el tiempo y te lo digo a ti porque hubiera agradecido que alguien me lo hubiera dicho a tu edad. ¿Ahora podrías retirarte? Tengo a una persona esperando por mi. — me dice eso último con una enorme sonrisa en el rostro. Yo con un enorme hueco en mi pecho después de todas sus palabras, logro salir de su oficina. Veo la chica entrar nuevamente a su oficina mientras esperaba el elevador. Llego a salir del edificio, intento respirar, pero siento que no puedo. Poco a poco me doy cuenta que estoy teniendo un ataque de asma y para mi mala suerte no tengo un inhalador conmigo. Camino hacia una banca, tratando de respirar sin poder lograrlo. Siento unos brazos sostenerme, levanto mi mirada y es Fernando Rodríguez el hermano de Mary. Me lleva hasta la banca y me sienta sobre ella. —¿Lorena? ¿Que tienes? — me pregunta, me siento cada vez sin más energía. —As.. asma — le digo llevando mi mano hasta mi pecho. El toma mi cartera y busca mi inhalador. —¿No tienes tu inhalador? — me pregunta, yo niego. Veo que saca algo de su bolso trasero. Es un inhalador lo abre y lo lleva hasta mi boca. Yo inhalo la primera dosis y luego la segunda. —Respira, inhala, exhala, inhala y exhala. —me dice hasta que logro calmarme poco a poco. Para romperme en llanto, el soba mi espalda. —Necesitas descansar, ¿te llevo a tu casa si gustas? — me ofrece yo niego, anda en traje ejecutivo lo que significa que esté trabajando y no quiero molestarlo. —Vamos, de hecho venía saliendo. Mi auto está por allá, no puedo dejarte aquí sola y al bórdeles del colapso. Ni Mary ni yo me lo perdonaría. Vamos te ayudo. — me dice y no tuve opción a negarme. Verdaderamente me sentía mal, le agradecía a Dios que me mandara un ángel como Fernando. Si no hubiera sido por él, hubiera muerto a la mitad de la calle. El me ayuda a llegar hasta el auto, le doy la dirección del departamento el se extraña. Llegamos hasta el edificio y se ofrece a irme a dejar hasta arriba. Cuando llegamos a la entrada de este él me ayuda abrir la puerta. —Creo que hasta aquí llegó yo. — me dice y yo lo veo extrañada. —Por favor pasa, ¿Te ofrezco algo de tomar? — le pregunto el niega. —No quiero que tengas problemas con tu esposo por mi culpa. — me dice el desde la puerta. Yo suspiro ante sus palabras, parece que Mary no le a contado nada. —Ya no estoy casada Fernando, Fabián y yo nos divorciamos hace unos días. — digo sentándome en el mueble de la sala, el entra y cierra la puerta. Se sienta a mi lado y siento sus brazos rodearme mientras me trae a su pecho. —Lo siento mucho, no lo sabía. — me dice yo niego. —Está bien, no te preocupes. — le digo el me regala una sonrisa que me desarma. ¿Cuando se volvió tan guapo? Me digo internamente, y me regaño al mismo tiempo. —¿Ese algo de tomar aún está en pie? — me pregunta yo asentí y me dispuse en ir hasta la cocina. Agradezco a Mary que me hizo la compra con lo más básico. —Claro, que está en pie. Ahora eres como mi ángel de la guardia, si no hubiera sido por ti, estuviera o en el hospital o en la morgue. — le digo el niega y me mira algo molesto. —No digas eso ni de broma, eres un ser tan puro e inocente que Dios jamás permitiría que partiera así como así. Creo que por eso me envió a mi por tu rescate. — me dice y dejo salir un suspiro mientras sirvo un poco de jugo de naranja en dos vasos. Vuelvo a la sala y le entrego el jugo. —Te agradezco lo que hiciste por mi hoy. No quiero que llegues tarde a donde ibas a ir. — le digo el sonríe mientras le da un sorbo a su jugo. —Pues yo venía para acá cuando te encontré. — me dice viéndome con su encantadora sonrisa. Yo lo veo y alzo mi ceja. —No, habló enserio. Resulta Lorena que soy un vecino, vivo tres pisos más arriba de este. — yo lo veo sorprendida. —Por eso me sorprendió mucho ver la dirección que me diste ya que es la misma mía solo el número de apartamento es diferente. No te preocupes, no seré un acosador, vendré solamente si soy invitado. — me dice dándole un último trago a su jugo. Deja el vaso en la mesa del centro y se levanta. —Será mejor que me vaya para que descanses. Por si necesitas algo o alguien con quien hablar. Estaré en el 1023 y aquí podrás encontrar mi número de teléfono. — me dice dándome una tarjeta de presentación. Yo la acepté le sonreí y le agradecí nuevamente antes que se fuera, se despide dándome un beso en mi mejilla. Al cerrar la puerta de la entrada y voltearme, un rayo ilumina la ventana. Camino hasta ella y veo hacia fuera, cierro mis ojos por un momento y recuerdo una frase que decía mi padre. Si al final de un día malo cae lluvia, significa que pronto se irían tus problemas. Más los míos solo acababan de empezar.
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