CAPÍTULO III-4

2087 Words

—¿Quién es él y por qué lo conoce? —¿Es eso lo que vino a preguntar? —Por supuesto que no. Vine porque necesito su ayuda. —¿Para recobrar sus joyas? Lady Roysdon hizo un gesto impaciente con las manos. —No. Vine a pedirle un favor para una amiga muy querida. El bandolero frunció el ceño. No llevaba sombrero, ella observó el contraste del pelo castaño y los ojos grises. Su bronceada piel destacaba junto a la blanca muselina de su corbata. —Sentémonos mientras me explica qué desea— sugirió--. Desearía tener muebles más confortables que ofrecerle. Lady Roysdon se rió y se dirigió al árbol caído en que se había sentado para esperarlo y donde dejó su sombrero. El hombre se sentó a su lado, con la rodilla levantada, y ella se dijo que se veía muy atractivo. —Lleva un peinado muy bello—

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