ANA Sonrío mirando al techo, luego de despertar con este hombre a mi lado, había sido una noche increíble, hace mucho tiempo no me sentía tan tranquila o más bien relajada. —Buenos días. —Escucho su voz, pero mi mirada sigue fija al techo. —¿En que piensas?. —Que desde hace mucho tiempo no me sentía como una persona de mi edad, la verdad es que nunca me había sentido como una persona de mi edad. —Guardó silencio, suspiro y lo miro. — Siempre he tenido que estar perfecta para todo, para todos. —Me doy cuenta de que Martín hizo que eso cambiará en solo una noche. Me gusta la sensación de no tener tanta presión sobre mis hombros. Aunque a veces la presión la pongo yo misma. Fue una noche que disfruté muchísimo, hasta que llegué a la puerta principal del edificio en el que estoy obli