MARTÍN. Quería volverme loco, cuando recibí esa llamada del hospital, pues mis pantalones apretaban demasiado, pero sabía que esa llamada era importante. —¿Qué sucede?. —Contestó de mala gana a mi asistente. —Jefe, lo requieren para una junta médica y yo… —¿Y yo qué?. —sabía que tenía demasiado trabajo acumulado en el hospital. Pasar las noches con Ana, me estaba pasando la factura y no era económica. Mi asistente estaba desesperada y con el estrés al cien por ciento. —Jefe, tenemos demasiados pendientes y yo no puedo continuar dejándolos para después, porque de su firma dependen muchas cosas. —En seguida voy. —Resoplo por lo bajo, pero sé que debo organizar mi tiempo, para poder pasar más tiempo con Ana. Así que me puse un propósito firme y era cumplir con las tareas que tenía