Sus latidos se callaban lentamente dentro de mí, un solo día alcancé a tener conocimiento de mi embarazo, y en un sólo día todo se apagó...había perdido al bebé de Tomás con sólo 5 semanas de gestación. -Lo siento señora Fuentes- me dijo la enfermera que estaba a mi cuidado. - Debe permanecer hoy en observación mientras su cuerpo expulsa al bebé- sus palabras me hirieron como una daga al centro de mi corazón. Si bien era un bebé no deseado y fruto de un violento encuentro, era mi hijo y lo estaba perdiendo. A altas horas de la noche recibí un llamado de Tomás, le mentí y le dije que estaba dónde mis padres y que pasaría la noche allí. Él sin ningún cuidado me dijo que hoy no llegaría a casa. Seguramente pasaría la noche con Camila como lo había hecho cientos de veces antes. Fue la n
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