AEGAN HARRINGTON. Apenas escuche el nombre de Mandy seguido de la palabra quirófano, colapse, empecé a sudar frio e imaginar lo peor, no sabia el estado de ella puesto que enseguida corte la llamada y quise irme a la clínica, Cristian otro de mis hombres me llevo hasta el lugar, entre desesperado y pregunte a una enfermera por mi sobrina. Me dijo que debía esperar porque aún no había noticias. Intente tomar aire y esperar pacientemente, pero la angustia me carcomía. También insistí en llamar a Alexia para informarle, pero no contestó como era de costumbre. Las horas pasaron y finalmente apareció un doctor. —¿Es usted el padre de la paciente, Mandy Campbell? —inquiere, asiento sin pensarlo, no importa que sea su tío. —, Ella se encuentra bien, superó la cirugía con éxito. Quien si se enc