Capitulo 35. La tensión entre nosotros se siente y sin poder zafarnos de todo esto Alberto me sostiene de las caderas y me abraza dejando un beso en mi mejilla. — Por supuesto que sí suegra, Lucían fue nuestra mayor bendición, quizás tenga razón, quizás después del lanzamiento de mí marca y el debut de Emilia lo pensaremos. — Eso sería maravilloso para mi niño. Bueno, no les quitó más tiempo, pasen una feliz noche. — Igualmente. Nos despedimos de Lucían y ambos subimos al coche, él conduce dejando mi coche en casa de mis padres que lo enviaran por la mañana. Vamos ya de camino y él silencio es incómodo, no se que decir y parece que él no sabe que decir o está pensando demasiado las cosas antes de decirla, no lo sé, sea lo que sea que pase por su mente es una gran interrogante pa