Capítulo 2: El comienzo

1691 Words
Me desperté alegre y a la vez con mucho sueño, no he vuelto a soñar cosas raras, por mi está bien ya que me dejan una sensación de tristeza, con ganas de llorar, hasta quisiera morirme, pero la verdad no me quiero rendir tan fácilmente ahora que se me dio la oportunidad de salir de esta jaula donde me tienen mis padres desde que tengo memoria. Hoy es un gran día ya que hoy iré a la escuela, estoy emocionada y a la vez nerviosa, no sé qué me esperara, pero también espero hacer muchos amigos, además de controlar esos poderes si no, me verán como un fenómeno y entonces harán experimentos conmigo, eso es lo que me aterra ya que el mundo es normal sin poderes, los poderes existen en las fantasías de un libro, una película e incluso de la imaginación de cada ser vivo, aunque también en los sueños. En fin, me pongo el uniforme que me preparó mi nana desde anoche, estoy nerviosa, salgo de mi habitación, aunque sé dónde queda el comedor para desayunar, esto es nuevo para mí, admire por el pasillo que yo iba caminando y me detuve en un espejo mi mamá era bien vanidosa así que no me extraña que lo pusiera casi llegando al comedor. Me vi en un espejo llevaba el uniforme, la falda tableada de color n***o, me llegaba hasta arriba de las rodillas, con un chaleco de igual color, pero lleva el escudo de mi escuela, además de mi blusa de manga larga blanca con cuello. El suéter lo traía también puesto, pero lo traía una talla más grande porque me daba pena mostrar mi figura. Traía calcetas blancas que me llegaban a bajo de las rodillas, además de zapaos negros, me recogí el cabello en una coleta alta. Al mirarme vi que no veía tan mal con ese uniforme. .Mi niña – dijo mi nana – el desayuno está listo, por favor siéntate y te sirvo. -Gracias nana – dijo sonriendo, camino hacia el comedor - ¿Dónde están mis padres? -Salieron a trabajar por una emergencia – dijo mientras me servía un vaso de juego de naranja y unos panqueques. -Ya veo – dije pensativa – pensé que mi mamá estaría aquí, para acompañarme a mi escuela. -Me encargó que yo lo hiciera – dijo mi nana – desea algo para almorzar, antes de irte al colegio. -Nada en específico, gracias – mientras empezaba a comer mi desayuno. Se me había pasado el tiempo volando hasta que llegó por fin la hora en que saldría por primera vez de mi casa, tenía miedo, aunque mi nana siempre me contaba cosas del exterior no era lo mismo al verlo con mis propios ojos. Llevaba una pequeña mochila adentro mi celular, una libreta, plumas y mi cartera. Mi nana abrió la puerta de mi casa lo cual condujo a un patio, me condujo a otra puerta lo que significaba que esa puerta me llevaría directo al exterior. Cuando me abrió, salí yo primero y vi con mis propios ojos el mundo de afuera. El cielo azul como siempre veía por mi ventana, el sol alumbrándonos con su rayos me dio un poco de calor, vi a personas pasar por las calles, alguna iban manejando su automovil, otras con prisa o despacio. Mi nana vio curiosidad por lo explicaba tenía un poco de sentido para mí, me fue explicando mientras caminábamos para llegar a mi escuela todas las cosas que le preguntaba, me lo explicó con calma, pues ella sabía perfectamente que yo nunca había conocido muchas cosas mientras estaba encerrada en esa jaula. Cuando llegamos a un muro largo, bueno para mí eso fue, pero ese muro estaba enorme, con un zaguán n***o, nos abrió una señora. -¿Qué se les ofrece? – dijo la señora. -Venimos por su primer día – dijo mi nana -Ah la chica – dijo haciéndose a un lado – pasen, en la segunda puerta de la izquierda está la puerta de la trabajadora social, ella les mostrará todo. Nos pasamos, miramos un mini pasillo, en la primera puerta decía “limpieza” y el otra decía “trabajadora social”, mi nana tocó la puerta, a mí se me secó la garganta además de que sudaron las manos. -Adelante – oímos lo que decía de adentro. -Con permiso – dijo mi nana abriendo esa puerta de madera, ella entró primero, poco después yo. Pero antes de entrar al cuarto, desvié la mirada porque me llamó que delante de mí había unos cuartos con ventanas y una puerta. En eso iba pasando un chico cabello corto castaño, sus ojos y los míos cruzaron, sentí una cosquilleo en mi estómago, decidí entrar rápidamente para escapar de ese sentimiento poco común dentro de mi ser. -Ella es Akane – dijo mi nana viéndome que estaba un poco sonrojada. -Mucho gusto – dijo haciendo una pequeña reverencia. Porque la reverencia la verdad no lo recuerdo, pero siempre lo hago pensé que son modales, pero nadie más que yo lo hago por puro instinto. -El gusto es mío Akane – dijo estirando la mano, la cual le correspondí con un ligero apretón - ¿Akane? Ese nombre es de origen japonés. -Mi mama le pareció lindo así que me lo puso – dije algo nerviosas. porque cada vez que lo preguntaba se ponían nerviosos. -Ya veo, por el momento de enseñaré el lugar, aunque lo admito me sorprendí de que te dejaran asistir ya siendo la mitad del curso, pero el pequeño examen que hiciste demostró que estas lista para estar en 2do año – dijo mientras tomaba asiento lo cual nos indicaba que también tomáramos en las sillas que estaba enfrente de ella y de su escritorio. -Mi niña es una persona muy inteligente – dijo mi nana. Muy bien Akane, te daré un pequeño tutor una de tus compañeras, espero que puedas adaptarse con facilidad y cualquier duda o problema puedes buscarme sin dudarlo. Me despedí de mi nana, la trabajadora social me fue enseñando todo, trate de memorizar todo, hasta que me llevó a un tercer edificio que me hizo subir las escaleras, para llevarme al salón… toco una puerta que decía “2c”, sentí más nervios, ahora que lo pienso me arrepiento de salir de mi zona de confort sí, pero la verdad es que no. Esto es lo que yo quería entonces debo afrontarlo con valor. Así que suprimi cualquier emoción que pudiera mostrar, creo que la verdad me presente en automático, no me interesó que susurraban cosas de mí, solo seguí en mundo, aunque pareciera que no prestaba atención, por alguna razón si el profesor me preguntaba le respondía correctamente, así que seguí divagando en mi mundo, no se creó que esperaba algo más aquí afuera, pero como no lo encontré todo me pareció aburrido, también estaba el chico con el que crucé miradas antes, pero ya no tenía interés. A las de la comida o receso como lo llaman, yo me quedé en mi lugar y creo que me dormí… que soñé, pues la verdad soñé con el chico más guapo del mundo, que cabello largo rubio creo que le llegaban cerca de las rodillas, me estaba dando la espalda, veía como su cabello era agitado por el viento, traía kimono blanco sencillo, con los pies descalzos. Decidí ver su rostro lo ansiaba, algo dentro de mi quería ver su rostro y a la vez abrazarlo la verdad no recuerdo porque quería abrazarlo, porque nunca lo había visto, pero cuando quise acercarme caí en un hoyo n***o, estiré la mano para que me salvara, pero fue inútil… Me desperté de golpe, un poco agitada, delante de mí había unas chicas, pero la verdad no sé cómo convivir, porque siempre estuve encerrada hasta el día de hoy, di un gran suspiro y traté de calmar mi respiración para olvidar todo lo de la pesadilla, y así poder poner mi energía en las demás clases. Cuando una chica de cabello n***o corto les llegaba a sus hombros se me acerco… -Hola – dijo sonriendo – soy Andrea, sabes que le gustas a un amigo mío, pero no entiendo el porqué, aunque admito si eras bonita, pero nos ignoras. -Hola Andrea – tratando de ser educada – los ignoro porque no tengo nada más que decirles, y para tu amigo ni lo conozco. -Me caes bien – dijo riéndose – no te preocupes se acercará y ya veremos, nos vemos. Eso fue una conversación rara, porque no pensaba que pudiera responder de esa manera, pensé que tartamudeaba y me sonrojaba por la noticia de que le gusto a su amigo, pero no al parecer me subestime a mí misma, ya que controlo mis emociones. La verdad se me pasaba muy eterno el tiempo, más que nada porque me sentí incómoda porque su amigo de Andrea me lanzaba miraditas, que me ponía nerviosa. Por fin llegó el final de mis clases, me hice pata disque anotando la tarea, se me acerca una chica de cabello recogido en una coleta, tenía fleco recto, me sonrió cuando se percató de que me di cuenta de que se acercó, en sus manos traía unas libretas. -Hola, me llamo Fernanda soy algo como tu tutora, me dijo la trabajadora social que si te podía prestar mis libretas para que hicieras apuntes para los próximos exámenes – dijo mientras me extendía sus libretas. -Gracias – dije mientras le agarraba las libretas. -Cualquier duda ven a mí, te ayudaré con todos, un gusto en conocerte bye – dijo mientras se alejaba – hasta mañana -Hasta mañana – susurré mientras vi cómo se marchaba con sus amigas, decidí levantarme. -Oye te llamas Akane no, yo soy Dulce – dijo una chica a mi lado. Ni me había dado cuenta de que estaba ahí, hasta que habló me di cuenta, fue el comienzo de mi primer amiga en esa escuela, Dulce una chica algo seria, sin embargo, también tenía una gran corazón, con ella me fui abriendo poco a poco, porque ella se convirtió en mi mejor amiga…
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