Estoy acostada en mi cama, tratando de dormir, pero no puedo la verdad ando vuelto para allá y otra vuelta para el otro lado, me paro de la cama a caminar en mi propia habitación, hago el ejercicio de respiración para tranquilizarse, sin embargo, no dejado de pensar en las últimas palabras que me dijo Beto, antes de despedirse de mi e irse.
Me levanto una vez mas de mi camita y pienso, qué haré qué le voy a decir sobre lo que me dijo, estoy muy confundida, no sé qué lo voy a contestar, no lo conozco nada, además de que nunca había estado en contacto con otra persona ni mucho menos que le gustara.
Veo la luna y las estrellas, el siempre ver estas dos cosas más hermosas me tranquilizan y sin darme cuenta me duermo muy profundamente que cuando despierto era de día, me estiro toda, pero me duele mi cuello hay que dolor creo que me he torcido por completo el cuello. Pero cuando no puedo dormir en mi cama me duermo en este pequeño balcón debería poner por lo menos una cobija.
Me levanto viendo que ya son las 12 de la tarde, dios es un poco tarde, pero en fin y voy apurar aunque la verdad no ir a la escuela, cuando me di una ducha y me vestí con mi uniforme me dirijo a la puerta de la salida, pero me llega un mareo que me hace ver borroso también caigo de rodillas, además de escupir sangre siento escalofrío y se me viene a la mente unos ojos rojos mirándome, ahí es cuando siento mucho miedo. Sin embargo, así como llega se fue, veo la sangre y siento pánico, que a la vez me hace preguntar qué fue eso.
Mientras voy por papel para limpiar la sangre, me miro en el espejo que es de cuerpo completo, estoy pálida, además de sentir cómo las manos me tiemblan como si sintiera frío, camino hacia la cama lentamente, trató de normalizar mi respiración para calmar esa agitación de mi corazón, pero no puedo quitarme de la mente esa imagen de unos ojos rojos mirándome, tan frío y de solo pensarlo me da muchos nervios, me muerdo mis labios con fuerza para quitarme esas sensaciones.
Pero lo más importante porque vi eso, porque no puedo imaginarme que no es real, porque siento que algo malo acaba de pasar, aunque trato de calmarme no puedo, creo que estoy entrando en un ataque de pánico, es así como me recuesto encogiendo mis rodillas a mi pecho y me abrazo, pero no puedo. Cierro los ojos mientras las lágrimas caen por mis ojos sin poder evitarlo, es así como mi nana me encuentra, yo no puedo encontrar las palabras exactas, y siento como poco a poco voy cayendo en un profundo sueño.
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Akane cuando se desmayó se sintió un pequeño temblor que llegó a todo el mundo, para la humanidad era normal sentir esos temblores lo que no sabían es que eso era el comienzo de algo más.
Narra Akane:
Me dolía mucho la cabeza, de hecho, es como si sueño se hubiera cumplido, me sentía muy débil para moverme, como si hubiera corrido sin parar, pero lo bueno de esto es que ya no sentía esa sensación de miedo, la ansiedad había desaparecido, poco a poco abrir mis ojos con mucho esfuerzo. Mire a mi alrededor me encontraba en mi cama, mis ojos me pesaban un buen rato, tomé mi celular que estaba cerca de mí, eran las 5 de la tarde se supone que yo debía estar en la escuela, pero me desmayé y dormí mucho más tiempo de lo que pensaba.
Por suerte estaba sola, así que nadie se dio cuenta de que falté a la escuela, mis papas como siempre trabajando y mi nana creo que iba a visitar a su familia, porque era su día libre. Traté de sentarme, pero aún me sentía muy débil y decidí tomar una ligera siesta.
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Narra Dulce:
Me encontraba un poco aburrida en clase, Akane no se presentó a la escuela, quién sabe qué le habrá pasado, pero en las últimas clases teníamos libre porque los profesores estaban en junta, no sé si deba por el pequeño temblor que se sintió antes de entrar, aunque fue muy ligero, yo odio esas cosas.
-¿Qué tienes Dulce? – dijo Mónica sentándose a mi lado – pareces triste
-Más bien yo diría que aburrida – dije poniendo mi cabeza en el pupitre – y Akane no vino… a pesar de que la conozco muy poco me cae muy bien…
-Si lo sé – dijo suspirando – sabes de que me entere, lo escuche de los amigos de Beto – mientras sonrió burlonamente – le estaban haciendo burla a Beto porque dijeron que ella no vino porque huyó…
-¿Quién es ella? – confundida mientras levantaba levemente mi cabeza y la miraba – eres una chismosa…
-No es mi culpa yo solo iba pasando – dijo sonriendo casi inocentemente pero no le creo ella es todo menos inocente.
-Como si no te conociera Moni, se que te encanta el chisme – dijo riéndose y picándole una mejilla con mi dedo.
-Ya déjame – dijo tratando de no reírse – esta bien lo admito, vi que estaban discutiendo y escuche el nombre de Akane que me entró mucha curiosidad, así que me puse discretamente detrás de ellos.
-Ja lo sabía – dijo sonriendo y parando de molestarla – Pero que tiene que ver Akane con esto…
-Mensa – me dijo mientras reía – no te hagas ambas sabemos que el Beto está loco por ella, pues según entendí y yo creo que Beto se le declaro y le hacían burla de que Akane le huyo porque no vino a la escuela.
-En serio – dijo sonriendo casi grito – la verdad siento que harían bonita pareja, pero seamos sinceras no sabemos nada de ella, ni sus gustos, y aunque me gustaría verlos juntos, esa decisión será solo de Akane.
-Lo sé – dijo sonriendo.
Las dos nos echamos a reír, quien siempre me levanta el ánimo es Mónica, aunque es un chismosa en todo, es una muy buena amiga, de verdad espero que Akane esté bien… Poco después nos quedamos calladas porque entró nuestro tutor, además de que todos se acomodan en sus lugares.
Mis queridos alumnos, como sabrán en el turno de la mañana hubo un sismo no de gran magnitud, pero como queremos velar por su seguridad – dijo mientras nos veía fijamente y camino a su escritorio – hemos decidido que saldrán temprano, por favor vayan a sus casas no se vayan a otro lado.
Termino de decir eso y me dispuse a acomodar mis libretas, libros, plumas en mi mochila para irme, tomé de la mano a Mónica que me espera en la puerta de la escuela, caminamos de forma silenciosa a la puerta de la escuela, cuando llegamos a la esquina, oí que alguien me hablaba.
-Qué bueno que te alcanzo Dulce – dijo Fernanda algo agitada – me podrías hacer un favor, podrías entregar los apuntes de hoy a Akane, es que no puedo.
-Claro – dije algo confundida.
Pero antes de poder preguntarle dónde quedaba su casa, ella se marchó a prisa, me quedé en shock y miré a Mónica quien me sonrió de forma cómplice que me llevó arrastras hacia Beto que iba pasando con sus dos mejores amigos.
-Beto sabes donde vive Akane verdad – dijo Mónica sin darme tiempo de reaccionar la veo que toma las hojas que me dio Fernanda – se lo podrías llevar es que me duele mucho el estómago y como Dulce vive cerca de aquí, me permitirá ir al baño, bueno le mandas nuestro mejores deseos y que esperamos verla pronto en clase, ósea mañana…. Muchas gracias, mi amigo Beto.
No me dio tiempo, más bien no le dio tiempo a nadie de reacciona, rápidamente le entregó las hojas en las manos, y me jalo mientras creo que me llevó corriendo antes de que alguien más dijera algo, ya un poco lejos de ellos, Mónica se echó a reír, la verdad yo también me reía, la gente que pasó por ahí se nos quedaba viendo algo raro.
-¿Por qué hiciste eso? – dije después de que me terminé de reír.
-Solo – empezó a decir mientras me sonreía divertida – les hice un favor a esos dos, si tenemos suerte, Beto, tendrá novia y Akane podrá ser feliz, ambas sabemos que ella no sonríe mucho…
Me quedé algo preocupada, pero seguí a Mónica a mi casa para que “fuera al baño”, pero la realidad es que a lo mejor veríamos una película mientras comíamos comida rápida, pero que más daba así siempre lo hacíamos.
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Narra Akane:
Estaba viendo la tele después de que no pude dormir, me dispuse a intentar levantarme y si puede camine a la cocina con paso lento porque aún sentía como mis piernas se sentían como gelatina por cada paso que daba, además de coger unas galletas con eso tuve para recuperar algo de fuerza, pero me sentía sin hambre que es lo peor, veía una película pero mi mente estaba en otro lado, además de que como le haría para que mis padres no se enteraran de que falte hoy, porque no tardarían en llegar o con suerte no vendría a dormir hoy, tome de mi botella de agua, cuando me dispuse a cambiar de película, escuche el timbre, con mucha flojera camine hacia la puerta.
Salí a abrir la puerta de mi patio, cuando la abrí me puse de inmediato nerviosa, porque delante de mí estaba Beto, dios me puse ansiosa porque no me lo imaginaba que viniera a verme y recordé lo de anoche.
-Hola – dijo mirándome algo serio – me pidió Dulce que te entregara estas hojas
Mientras me extendía unas hojas, yo las tome con algo de nervios, pero siento que no estábamos del todo solos, a unos pasos estaban otros 2 chicos quienes sonreían algo pícaras, que me hizo sonrojarme un poco.
-Yo – dije volviéndo lo a mirar – gracias, ¿Quieres pasar, digo quieren pasar?
-Claro que quiere – antes de que me dé su respuesta uno de sus amigos lo empuja levemente así a mi – nosotros te esperamos en el centro, nos vemos.
Algo confundida veo como se marchan rápidamente del lugar, con algo de valor lo invito a que pase, pues el me trajo apuntes o la tarea no quiero ser descortés, pero porque mi corazón se agita, debía de seguir leyendo ayer en la noche, pero me quede dormida.