16

1705 Words

La cara del pelinegro era todo un poema, aunque sus ojos estaban resguardados detrás de aquel oscuro cristal de sus lentes, que por cierto le quedaban súper bien, como todo lo que lucía, se podía sentir a leguas el fogaje de su piel, asi como cuando pasas cerca de una gran fogata. El castaño se sentía a gusto con lo que percibía, le agradaba saberse irresistible y mover las fibras del pelinegro, lo que no le gusto fue darse cuenta que no era el único llamando la atencion, mientras secaba su cuerpo después de salir del agua, miro a su alrededor y pudo darse cuenta que muchas personas se quedaban mirando a Christian, otra vez ese absurdo sentimiento de posesión se apodero de el Termino de cambiarse algo molesto consigo mismo por no poder quitarse esa sensación de encima, asi que dejo todas

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD