ARTURO MASTRONARDI. La felicidad era una emoción que nunca llegue a sentir desafortunadamente y ahora que la sentía me daba temor perderla. Cuando era pequeño, sentí satisfacción, por salir bien en clases o ganar un campeonato en ajedrez. Pero nunca felicidad, era algo muy bonito. Algo que todos deberíamos sentir en toda nuestra vida, Charlotte era una excelente persona y mujer. Me atendía muy bien, me hacía sentir muy querido y elogiado. Yo también estaba aprendiendo a cuidar de ella, esto del matrimonio era difícil, no todo el tiempo quería estar en casa. Pero ella sí, intentaba hacerlo para que se sintiera feliz. Llevábamos una relación muy sana, el embarazo de Charlotte estaba avanzando, llevaba ocho meses. Estábamos en la recta final, era sensación indescriptible el ver el crecimie