—¿Tamy?—entré tocando la puerta y la vi echada en su cama abrazada a alguien.—, Eh, yo…adiós. Que incómodo, ¿Por qué dejaba su puerta abierta? Uff, prepare algo de comer y me tome una copa de sangre de mi tipo favorito, ab- la cual solo tiene el 0.6% de la población. Definitivamente una delicia, ya nos estábamos quedando sin provisiones y debíamos ir al banco de sangre nuevamente. Mi investigación seguía en pie, no había encontrado registros de nacimiento, Vladimir era más listo de lo que pensé, probablemente ya sabía que lo estaba buscando. ¿Qué victima habría escogido? También era posible que hubiese elegido como contenedor el cuerpo humano de una chica. Debía encontrarlo, sabía que estaba en Constanza. Por eso luego de tantos años había regresado a mi ciudad natal, mi pueblo. Tenía u