CAPITULO 8

1819 Words
Estacionamos junto a una cafetería. Al llegar me di cuenta lo hambrienta que estaba. Lo primero que vi , fue la vitrina de pasteles que había en un gran ventanal que daba hacia el estacionamiento. - Tengo hambre - Yo igual, vamos. Se baja del auto y se dirije a la parte del copiloto para ayudarme a bajar, pero yo ya estaba abajo. Se pone las manos en la cintura con cara de enojado, que ni el se la cree. - Quería ser caballero y tu me quitaste la inspiración. Suspira frustrado. - jajaja...no seas niño. -Hago un puchero. -Para la próxima no me muevo hasta que tu me ayudes a bajar. Se acerca, me rodea con sus manos la cintura. Se agachó un poco para quedar a mi altura. Solo es más alto por una cabeza. - Me gusta tu sonrisa. Suspira. -No me gustó verte llorar. Me toma de la barbilla y me da un dulce beso en los labios. - Tenía pena, pero ya pasó. Gracias por escucharme. Le pongo mis manos en su pecho, y respondo su beso. - No tienes nada que agradecer. Recuerda que viviremos juntos , y lo mínimo que debemos hacer es ayudarnos y confiar mutuamente. Se acercó más, retrocedí ,chocando mi espalda con el auto. Max se aferró mas a mi y me besó, un beso apasionado un poco lujurioso diría yo. - Max? - mmm... No deja de besarme. - Tengo hambre. - Yo también. Sus besos bajaban a mi cuello. - De comida Me mira. Parecía un niño, cuando le quitas un dulce. - Estamos en un estacionamiento . - Aguafiestas. Me la cobraré. - ¿A si? - Si. Anda vamos . Tengo hambre. - jajaja...vamos. Tomo su mano para entrar. Pedimos pasteles, un café para cada uno, jugos naturales y yo me pedí un sándwich. - Me gustan las mujeres con apetito. - Y no has visto nada. Agradece que no tengo tanta hambre. Digo mientras como un trozo de pastel. Tuvimos una conversación muy agradable. Es muy fácil tener un conversación con el , puedes hablar de cualquier tema. Terminamos de tomar desayuno, pagamos la cuenta, en realidad el la pagó y salimos de la cafeteria. Max me dijo que me quería llevar a un lugar y yo acepté. Seguimos rumbo, no se donde, ya que Max no me quería decir nada. En todo momento me sujetaba la mano. Con su dedo pulgar me acariciaba mi mano. Se le estaba haciendo costumbre el tomar mis manos y besarme. - ¿Que música te gusta? Fue el que terminó con el silencio que llevábamos durante largos minutos. No fueron incomodos, pero la verdad que no sabía que decir. - Me gusta de todo un poco. No soy regodiona. Veo en sus labios una leve sonrisa. Claro, esa fue la palabra que utilicé cuando me preguntó como me gustaba el café en mi habitación. Inmediatamente mis mejillas se calentaron y supongo que se pusieron rojas. - Para bailar...la música para bailar, esa me gusta. Se dio cuenta que me puse nerviosa, pero siguió con su conversacion. - ¿Y las romanticas? - mmm...la verdad que no soy muy romantica. - ¿Si?, una mujer que nos sea románticas, me resulta difícil de creer. - Pues creelo. Acá tienes una mujer que no es romantica. o por lo menos eso creo. - Ver, para creer. - ¿Y a ti? - También me gusta la música para bailar. Y a mi si me gusta la música romántica. -¿Crees que eres romántico por escuchar musica romantica? - Creo que si. - Ver, para creer. - ¡Hey!, no uses mis palabras. Seguimos conociéndonos un poco mas, durante el camino, sabor de helado, comida preferida, pelicula favorita, panorama favorito. Llegamos a una enorme casa que no conocia. Max abrió el gran portón con un control que tenia en su auto. Supuse que era su casa. La verdad no la conocia, por que el día del compromiso estuvimos en el salón que queda por detras. Estacionamos y bajamos juntos del auto. - Definitivamente me la haras dificil. - ok, ok. Para la proxima, espero a que abras tu la puerta del copiloto. - Me parece. Me da un pequeño beso en la mejilla. Entrelaza nuestras manos y comenzamos a caminar a la puerta principal. - Bienvenida a mi casa. - Gracias, es muy bella. - Si y muy antigua. Ha pasado por varias generaciones. - ¡Guau! me encanta. - Podriamos vivir aca despues de casarnos, si te gusta tanto. - Definitivamente no. Lo mas lejo de los suegros. Tapo mi boca con ambas manos al decir eso. -Tranquila, no pasa nada. Tambien pienso igual que tu. - Que alivio. A demas que nos pueden descubrir al dormir separados. Se quedó callado por unos segundos y esquivó mi mirada. - Claro, dormir separados. Tienes razon. ¿Eso fue una cara de decepción?. Ojala no piense que dormiremos juntos, solo por que casi pasa algo entre nosotros. Aunque no me molestaría. Pero no me veo durmiendo todos los dias con el, ni con nadie. - ¿Te pasa algo? - No nada. Ven, vamos a la cocina. - Ok, vamos. Esta vez no tomó de mi mano. Definitivamente se molestó por lo que dije. Bueno tendrá que desenojarse, no se si existe esa palabra, pero yo la uso mucho. Así que no quedó de otra que seguirlo. - ¡Naniii! Escucho gritar a Max, abriendo sus brazos. - Mi niño, que me asustas. Se acerca a ella. La abraza y le da un beso en la frente. - No seas exagerada Nani. - Se fue sin desayunar. - Si, lo siento , se me olvidó avisarte. Me fui muy temprano donde Samira. La señora me queda mirando y se me acerca. - ¿Señora Ana verdad?, Usted me dio el pastel de chocolate el Sabado. - Si señorita Samira, la misma. - Por favor, dígame Sam o Sami. - Solamente si usted me dice Anita o Nani como me dice mi niño. - Trato hecho. Me acerco y le doy un beso en una de sus mejillas. Estuvimos conversando los tres, mientras Anita preparaba el almuerzo. - ¿Se queda almorzar niña Sam? Me encantó como sonó al llamarme así. - No puedo, debo regresar a casa, tengo que estudiar para un examen. - Quedate a almorzar. Prometo que al terminar te llevo a tu casa. - Está bien, solo por que huele muy rico lo que esta preparando Anita. - Ok. Ven, te muestro la casa, mientras esta listo el almuerzo. - Está hermosa tu casa Max, es muy grande. - Si es grande. A mi madre siempre le a gustado lo ostentoso. Ya te diste cuenta el dia de la fiesta. - La verdad, es que si. Reimos ambos. - ¿Quieres conocer el jardin? - Si me encantaria. Caminamos uno al lado del otro. Max me contó que ya estaba por terminar su internado o practica. En el hospital que pertenece a su familia. Si, como leyeron, su familia tiene hospitales y centro medicos. Ese es el "Negocio" de su familia. Me ofrecio ingresar a uno de ellos para realizar la mia, pero descarté esa posibilidad, ya que tengo un puesto disponible en un centro pediatrico cerca de la ciudad, como a 20 minutos de casa de mis padres. Nos sentamos en una de las bancas que habia en el gran jardin que tiene su casa. Me contó que su familia es Italiana y que el vivio alla hasta los 15 años y luego se vinieron a Virginia. Yo suponia que tenian desendencia Italiana por el apellido, y hoy el me lo confirmó. Despues de un buen rato conversando , Anita nos llamó para almorzar. - ¡Niñooos! ,esta listo el almuerzo. Max toma una de mis manos y me hace correr junto a el. - Vamos, que mi Nani se enoja si no le hacemos caso altiro. -¿Por qué Nani? - Por que mi mamá desde que eramos pequeños nos decia que ella era nuestra nana y que no debiamos encariñarnos y hacer la diferencia, por que ella es de la servidumbre. Pero sentiamos feo decirle nana, entonces comenzamos a decirle Nani. Bueno , también es por que la queremos mucho. - Definitivamente es mucho mas lindo, me gusta. - A mi igual. Nos sentamos a comer los tres en la isla que habia en la cocina. El almuerzo estaba exquisito. Preparó Canelones rellenos de carne con salsa boloñesa. Por supuesto me repetí plato. - Me gustan las mujeres con apetito, no como esa flacucha de Ivy. - ¡Nani! Anita agachó la cabeza tocano su frente con sus manos. - Lo siento mi niño, se me escapó. - ¿Quien es ella? - Nadie importante no te preocupes Sam. - No me preocupo. Solo me interesa saber quien es, ya que fue nombrada y me compararon con ella. - No es nadie importante. En otra ocacion te hablaré de ella. - Ok. Con ese ok, di por terminada la conversacion. - Quiero agradecerle, por tan rico almuerzo. Me encantan las pastas y a usted le quedaron exquisitos los canelones. - Mi niña, cuando venga otra vez le haré Lasaña. Me queda exquisita, preguntele no más a mi niño. Max apretó sus labios y movio su cabeza afirmando lo que decia ella. - Muy bien. Para la próxima eso comeremos. Me acerco para darle un abrazo y ella con mucho gusto me lo recibio. Salimos junto a Max con rumbo a mi casa. En el auto conversamos de lo simpatica y amorosa que es Anita y de lo mucho que el la quiere, ya que ella practicamente lo crio y de lo fundamental que es ella en su vida. Llegamos a casa . Max me ayuda a bajar del auto tomando una de mis manos. - Gracias por este dia. Lo pasé muy bien. - Pero no hicimos nada extraordinario. - No necesito nada extaordinario para tener un buen dia. Empezó muy triste y tu me sacaste de la casa para poder distraerme y asi fue. Y por eso te agradezco. - Entonces...de nada. Tambien tuve un buen dia contigo. Le doy un beso en la mejilla. - ¿Tienes turno mañana? - Si. Salgo a las 8 de la noche. - ¿Puedo pasar por ti? ,termino el examen como a las 7. - Si, me gustaría. Se acerca y me da un suave beso en la mejilla -¿Y que haremos mañana? Levanto mis hombros y mis manos. - No lo sé. - Entonces ,nos vemos mañana Samira. - Hasta mañana Maximo. Corro hacia mi casa y me despido moviendo la mano. - Éxito mañana en tu examen. Grito desde el auto. - Gracias. Este Trato no está siendo tan dificil. Mientras siga asi , no habrá problemas...¿o si?
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