Manuel Casillas Cuando despierto, el lado de la cama de Danielle esta frío, me estiro perezosamente y miro la hora, son las seis treinta, ella asiste hoy a la universidad y a mí me toca trabajar en el hospital. Abrazo su almohada aspirando su olor, sé que si mi familia se entera, de lo que pasa entre Danielle y yo se van a molestar, pero no lo puedo evitar, intente de todas las maneras posibles resistirme y simplemente no puedo hacerlo. Sé que está mal agradecer a Dios por que la robaron, pero eso evitara que se vaya de mi lado, es un poco desordenada, pero si llego a casa y no esta me siento muy solo. Antes de ella, en realidad eso no me calentaba mucho la cabeza. Me levanto y me aseo como de costumbre, recorto la barba solo un poco, todos dice que no tengo ninguna marca en el rostro