Cuando acabó todo, Xander la dejó en su casa. Abrió la puerta y notó una sombra que salía de un apartamento contiguo, era Iker. Ella se giró a ver a Xander pero ya se había ido. Macarena cerró los ojos y negó con la cabeza. —Esto no está bien —dijo. —Lo sé, estoy fuera de control, solo quiero que hablemos, si me escuchas, y sigues pensando igual, te dejaré en paz. Ella afirmó con un gesto, paso hasta dentro, encendió la luz y lo dejo pasar. Él miro todo como con nostalgia y se giró hacia donde estaba ella. Colocó la cartera y el teléfono sobre un mesón y se llevó una mano al cabello, sintió a Iker abrazarla desde atrás, hundió su rostro en su cuello y la besó con delicadeza. Ella cerró los ojos y aspiro su olor, sonrío. —¿Qué tienes para decirme? —preguntó. Iker la hizo girarse y la