Habían quedado en verse al día siguiente, Iker pasaría por su casa y saldrían a un sitio discreto le advirtió él.
Ella lo esperó, se puso un vestido corto color crema sin mangas y se recogió el cabello en una cola. Cuando llegó se subió al auto y le dejo un beso cálido en la boca, él le sonrío. Ella se sentía feliz e ilusionada.
—¿A dónde vamos? —preguntó ella.
—¡A mi apartamento! Te tengo una cena preparada.
—¡Eso me encanta! —respondió ella sincera.
Llegaron al apartamento de Iker, él la llevaba de la mano, era un edificio alto y hermoso, no veía a nadie, se veía muy privado.
—¡El mío está en el último piso! —le indicó él.
—¡Impresionante!
Él sonrió y la halo hacia él mientras iban en el elevador, la besó en los labios y ella lo abrazó.
—¡Tú eres impresionante! —le dijo él so
