—¿A qué estás jugando?— Aprieta sus labios negando con la cabeza. No va a caer en su juego de ninguna manera, y va a sospechar absolutamente de cualquier cosa que él le ofrezca de manera voluntaria. —¡¡A nada, Holland!!— Demanda fuera de sí. Y sus ojos amarillo le dan toda la pauta a la castaña, quien abre sus labios y los vuelve a cerrar observando como él comienza a ponerse inquieto. —¡No parece que no estés jugando a nada!— Lo mira burlona, esperando una reacción por su parte. —Sos mas terca de lo que pensaba y voy a dejar que te rompas la cara contra el suelo...— Explica suspirando y avanzando hacia la puerta para ser él mismo quién la abra. Holland lo observa y sonríe mordiendo su labio inferior. —¿Me estás dejando libre?— Cuestiona realmente sorprendida. Él sube sus manos y as