—¿Por que te llevaste a la mujer de Vanko?— Egan la increpa apenas ambas salen hacia el pasillo. Aprovechando que la rubia se había retirado con sus custodios que la estaban esperando, no sin antes darle una mirada con sus labios apretados a la castaña. —¿Por qué te tendría que responder ante eso?— Insiste en querer saberlo subiendo sus hombros. Él relame sus labios mirándola con esos ojos tan arrogantes que hace que cualquier mujer caiga sus pies. —Porque te lo estoy preguntando.— Responde sin más. Ella suelta una pequeña carcajada y muerde su labio inferior. Eso no hace más que enfurecer al castaño, quien aprieta sus puños con rabia, marcando hasta el máximo sus nudillos. —No tenés porqué saber lo que estoy hablando con Samay.— Hace un puchero con sus labios solamente para saber qu