Egan suelta un suspiro negando con la cabeza. Se queda perplejo observando a la castaña de manera relajada seguir mirando hacia la ventana y el exterior de la propiedad. Él no se encuentra para nada relajado, incluso, todo lo contrario, su interior es un completo fuego en llamas del que quiere romper con todas sus fuerzas y explotar frente a ella. No obstante, se toma unos minutos para inspirar aire y recordar qué había evitado explotar cuentas mujer cuando se había enterado de la visita inesperada de su padre, por eso mismo tenía que contenerse para que ahora no le sucediera exactamente el mismo, debido a que había hecho un gran sacrificio para no demostrarle su verdadera bestia en cuanto más enojado se encontraba. —¿En serio no vas a decirme nada?— Lleva amabas manos hacia sus cadera