Holland muerde su labio inferior, terminando por suerte, para ella, de ponerse al corriente con sus labores en las pastelerías que tiene a su nombre y a su cargo. Suspira pasando una mano por su nuca, al sentirse realmente extraña al no saber en qué condiciones se encuentra el castaño. Y peor aún, al sentirse de aquella manera tan incómoda necesitando estar al pendiente de como él se encuentra. Sin embargo, no le da mucha vuelta al asunto y despejo su cabeza con un movimiento para ponerte a pensar en algo que no tenga que ver egan. —Señorita, disculpe que la moleste pero tiene una visita.— Informan. Holland frunce sus cejas inmediatamente escucha. Se da media vuelta para observar a una empelada distinta a la que había hablado con anterioridad con ella. —¿Conmigo?— Se ríe de manera iró