Zenda mueve su cabeza a un costado absolutamente impaciente Por qué Él no hace más que mantenerse sereno y calmado. —¿vas a empezar a hablar o no?— sisea poniendo sus ojos en blanco y lamentándose por haber expulsado aquellas palabras por sus labios. Pero lastimosamente no le quedaba otra alternativa más que resistir a la impotencia que tenía en estos momentos y la única manera de poder hacerlo era hablando e intentando que aquello finalizará cuanto antes y pudiera salir prácticamente huyendo de la mansión. Egan sonríe malicioso y la observan absolutamente a detalle para que ella pierda aún más la cordura. —¿estás apurada acaso?— murmura curioso por sobre su respuesta. Zenda alza su barbilla y aprieta sus labios mirándolo fijamente. —tengo una vaga idea de lo que podés llegar a decir