Amor híbrido

Capítulo 4

El silencio que se genera entre los cuatro es bastante perturbador, por lo que Holland suspira al llegar a la puerta que da al despacho.

Egan sigue en contacto con sus amigos gracias a su link, para asegurarse que cuando salga de la improvisada reunión, ya todo se encuentre resuelto, y al menos, limpió y ordenado para evitarle más disgustos a su mate.

—¿Qué es lo que ocurre?— Infla su pecho y se cruza de brazos tomando asiento en uno de los tan cómodo asientos del despacho de su padre.

Kyrill pasa una mano por su nuca y mira a Magus en una mirada complice.

—¡Holland. ¿En serio debemos hacer esto ahora?— Traga saliva angustiado.

La castaña arquea sus cejas y los mira esperando que tengan más que eso para decir.

Egan sonríe negando con la cabeza, al mismo tiempo que pasa una mano por su barbilla. —¿Van a demorar mucho más?— Se queja burlón.

Ella achina sus ojos mirando ahora a Egan, el mismo se mantiene en la puerta apoyado, de manera poco relajada.

Aquello llama poderosamente la atención de la castaña, quien mira a los tres en busca de una respuesta.

—¿Tengo que ir a preguntarle a papá que está sucediendo?— Indaga levantándose.

Magus suspira acercándose a ella bajo la atenta mirada del híbrido.

La toma por las manos y toma asiento junto a ella. La mira y suelta un suspiro cansado al no saber verdaderamente cómo enfrentar esta situación...

Conoce a su hermana a la perfección y porque la conoce sabe que puede ser una persona fría y poco demostrativa con los de afuera pero para con su familia aquello no es una opción...

Se preocupa por ellos y por más que no tenga las mismas aspiraciones que tienen sus hermanos a vivir en el castillo siempre está interesada en saber qué es lo que ocurre alrededor de ellos...

Por eso mismo pone a los gemelos en una situación bastante comprometedora al no saber cómo abordar la muerte de sus padres siendo que para ellos también es algo muy doloroso Y por supuesto que reciénte...

Kyrill se mira las manos aún con la sangre de sus padres y no puede quitar la sensación de ardor de su pecho, sabe por otro lado que la castaña va a querer saber a la perfección paso a paso todo lo que ocurrió y no está dispuesto... O mejor dicho no tiene el valor para enfrentar la y explicarle paso a paso cómo su padre dio la vida para proteger a su madre mientras que ella daba su vida para proteger a su padre.

Conocían las creencias de su hermana y el hecho de que cada uno hubiera fallecido para dar la vida por el otro era algo que la castaña no iba a poder tolerar...

Siempre que había una oportunidad para charlar sobre encontrar a su alma gemela ella se alejaba y colocaba que ella coraza que muchos conocían...

—No creo que se pueda hablar con papá ahora...— Explica de manera pausada.

Magus siempre se había considerado por ser el que más hablaba mientras que su hermano gemelo era quién más luchaba...

Holland hace un puchero sin comprender... —¿No entiendo nada, Magus, que está ocurriendo?— Suspira tragando saliva.

Magus acaricia su mano, mientras que Egan aprieta su mandíbula con rabia al ver cómo otro toca lo que es suyo. —¿Será difícil, si?— Explica con un suspiro.

Su hermana achina sus ojos y mira a Kyrill... Quien baja la mirada mordiendo su labio inferior.

—¡Ay por favor, es patético cómo dan vuelta todo!— Él se queja rodeando los ojos.

Magus se da media vuelta para fulminarlo con sus ojos verdes. —¿¡Podes mantener tu maldito ocico cerrado?!— Demanda al verlo.

Holland los mira a ambos, para luego Observar a Kyrill. —¿Les paso algo?— Se pone en alerta al ver el silencio reinar en la habitación.

Egan traga saliva al sentir su angustia, sus manos le pican y tiene la urgente necesidad de acercarse hacia ella y envolverla entre sus brazos...

Ni hablar del hecho de sacarla de allí mismo cuanto antes.

Pero se mantiene relajado y calmado de puertas afuera, esperando qué algunos de los gemelos tenga las suficientes agallas para hablar con la verdad.

—¿¡Les paso algo?!— Su voz suena más desesperada.

Intenta agudizar el oído pero no logra escuchar más que a todos los trabajadores limpiando el desastre que se creo a su alrededor la mañana de hoy.

—Sirius... Llevo a mamá a las bóvedas de abajo, pero... Eso no fue suficiente... Ellos...— Cierra los ojos al decir aquellas palabras...

Holland abre sus ojos y los mismos se encuentran cristalinos... Parpadea sintiendo un nudo en su garganta que no le permite hablar ni gesticular... —No...— Frunce su entrecejo... —¡No!— Se queja apretando sus puños.

No quiere creer que lo que está comprendiendo de las palabras de su hermano son lo que realmente sucedió.

No puede ser que aquello sea cierto, porque todos sus temores más ocultos se estarían haciendo realidad, incluso ahora cuando acaba de encontrar a su pareja.

—Lo... Lamento, Holland.— Suspira cabizbajo Kyrill.

Magus lo mira y luego mira a su hermana...

—¿Que?— Carraspea y una expresión de desolación aparece en su rostro.

Magus suspira y niega con la cabeza agachando la mirada.

—Realmente lo lamento, Holland... No creímos que esto fuera a pasar nunca...— Murmura el mayor de los gemelos cabizbajo.

Ella alza la vista hacia su hermano, quien aún sigue del otro lado del escritorio observando toda la escena, con la mirada más rota con la que ella lo recordaba haber visto alguna vez...

Pero que él le estuviera ignorando su mirada significaba que sentía vergüenza de mirar los ojos y que ella descubriera verdaderamente lo que había ocurrido.

—Ambos murieron, Holland.— Responde ronco Kyrill.

La castaña suelta un jadeo soltando las manos de su hermano mayor, para luego recorrer la habitación con tus ojos verdes para encontrarse con los ojos azules color cielo de Egan observándolos a detalle a los tres, pero exclusivamente ahora su mirada se encontraba centrada solamente en ella.

Cree ver un atismo de pena en sus ojos, pero al no conocerlo verdaderamente a la perfección no puede saber si lo que está observando es una realidad o una ficción que su mente está queriendo inventar a causa de que son pareja eterna...

—¿Cómo puede ser?— Indaga tragando saliva.

Kyrill niega con la cabeza. —Holland...— Suspira levantando sus manos para mantener la calma.

—¿Cómo no pudiste salvarlos?— Murmura mirando a Kyrill con el entrecejo fruncido.

Magus suspira levantándose, sabía a la perfección que aquella mirada era problemas... Podía saber y entender que su hermana estuviera dolida y angustiada por la reciente noticia, pero el enojo que crecían sus pupilas hacia ellos dos, más específicamente hacia su hermano Kyrill, era más que notorio en aquella habitación.

—¡Eso intenté, Holland, pero eran docenas y estaban enfermamente queriéndose defender y cuidar el uno al otro, tan cabeza dura cómo siempre!— Explica golpeando su pecho con una mirada de dolor y destrucción completa.

Ella se pone de pie con sus ojos color carmín enfurecido en su pupila.

Egan arquea sus cejas al ver a su pareja ponerse en aquel modo, no podía evitar que el ego naciera en su interior al saber que su luna era fuerte y poderosa, pero también por otro lado estaba muy interesado en saber qué tanto podía ella enfadarse y reaccionar de que manera.

—¡¡Eran nuestros padres!!— Exclama con voz segura.

Magus niega nuevamente con la cabeza al verla reaccionar de aquella manera.

—¿Cree que no lo sé?— Kyrill se queja irónico abriendo sus manos.

—¡¡¿Cómo es que recién ahora me entero de esto, lo sabías cuándo nos encontramos en el bosque?!!— Mira acusatoriamente a Magus al verlo a los ojos.

El mismo niega con la cabeza siendo completamente sincero con ella. —¡Papá me envió a buscarte, aúnque, nosotros ya estamos preparándonos para eso!— Explica rodeando los ojos.

—¿Entonces?— Los mira a ambos esperando saber más.

Kyrill era el primero que sabría que ella necesitaría todo los detalles de ser posible.

No se quedaría tranquila si no sabía toda la historia parte por parte.

—Yo iría a buscarte, mientras que él se quedaría con ellos... Me contó muy por arriba que lo que pasó mientras yo no estaba pero cuándo te encontré en el bosque... Y nos perdimos todavía no sabía nada de lo que había ocurrido... Pero evidentemente ya había sucedido— Explica frunciendo los labios.

Holland tuerce sus cejas y lo mira completamente desauciada...

Egan da un paso hacia adelante con sus puños apretados, ella lo frena con un alto de mano y una mirada que dice más que unas simples palabras.

—Ni lo pienses.— Suelta con reconcor.

Él se queda quieto en su lugar ante su órden, algo nuevo claramente en él mismo, pero su lado razonable intenta darle el espacio que ella necesita...

Sólo quería estar cerca de ella cuando el mayor de los hermanos hablar a explicar a la parte más cruel de toda la historia...

—"Vos sola lo vas a pedir, cariño."— Sisea en su mente, a lo que ella cierra los ojos, clavando luego aquellos mismos en los de él.

—¿Que ocurrió cuándo Magus se fue?— Se cruza de brazos esperando la explicación más esperada por parte de Kyrill.

Su hermano suspira negando con la cabeza. —No puedo mostrarte eso, Holland... Se lo que pensas de las almas gemelas, no quiero que tu pensamiento se vuelva más cerrado al verlo.— Pide con un tono de voz bajo...

—¿Ahora vamos a hablar de lo que a mí me interesa?— Se ríe negando con la cabeza.

—¡Solo creo que no es conveniente que sepas algo que no hará que ellos vuelvan!— Explica suspirando.

La castaña camina hacia donde él se encuentra para golpear su pecho sin lograr moverlo mucho. —¡¡QUIERO SABER COMO ES QUE LOS DEJASTE MORIR!!— Grita mirándolo con dolor en sus ojos.

No era un mito que las emociones de los seres sobrenaturales eran mucho más intensas que la de los humanos, tanto las buenas como las malas, pero la intensidad con la que manejaba todas sus sensaciones eran claramente especiales...

Tan así que solamente ellos podían comprenderse...

Egan observa cómo el mayor de los hermanos gemelos pelea consigo mismo para obtener una respuesta que deje convencida a su hermana menor, pero por más que rebusca sus recuerdos, los cuáles son por demás dolorosos, no puede encontrar las palabras correctas para soltar por sus labios.

Por eso mismo el mismísimo Rey híbrido vuelve a dar un paso hacia adelante clavando sus ojos en la nuca de la castaña.

—Yo puedo ayudar con eso... Si me dejas.— Le hace saber ronco.

Holland se da vuelta para mirarlo con el entrecejo fruncido. —¡¿Es que no podés entender que no quiero hablar con vos, perro!?— Exclama para mirarlo con recelo.

Al ver sus ojos azules todo su cuerpo se relaja no pudiendo seguir lanzando sus insultos hacia el.

Otra razón más para odiar todo lo que tenía que ver con las almas gemelas y los mates.

A pesar de que las palabras eran dolorosas el híbrido se mantenía completamente frío, en su postura recta y segura de lo que esta haciendo.

—Puedo mostrarte lo que él no quiere decirte.— Sonríe con ironía al ver cómo los ojos de la castaña se habrían notoriamente al escuchar su proposición.

Kyrill niega con la cabeza dejándose apoyar en una esquina del escritorio de roble, el cual pertenecía a su padre, pero ahora les pertenecía a ellos dos.

—¡Lo único que vas a generar con eso es hacerle daño!— Magus exclama al apretar sus manos en puños.

El híbrido sonríe relamiendo sus labios al mostrar sus colmillos. —Sólo la conozco desde hace unas horas y se a la perfección que no va a parar hasta que le digas la verdad... Sé cómo actuar si ella flaquea.— Explica de manera arrogante mirando a ambos hermanos.

Ella tuerce su cejas y lo mira cruzándose de brazos para darse media vuelta y encararlo. —¿Qué crees que estás haciendo al hablar de mí como si yo no estuviera acá, perro?— Cuestiona enojada.

Egan sonríe, se acerca hacia ella lentamente mientras que pasa una de sus manos por la comisura de sus labios...

—¿En serio?— Sonríe... —No querés enojarme, cariño... Tenés la posibilidad en tus manos a la verdad a menos de que quieras creer la mentira que tu hermano está formulando en su cabeza mientras que vos y yo hablamos.— Continúa.

Kyrill lo fulmina con la mirada a la escuchar lo que habla con ella. —¡Maldito imbécil sabe leer la mente!— Se queja.

Holland mira a su hermano para luego encontrar los ojos azules del híbrido mirándola con diversión en su rostro.

—¿La de todos?— Cuestiona aterrada.

Egan vuelve a sonreír juguetón al sentir el temor en las palabras de la castaña. Por lo que se agacha hacia su oído para acariciar su mejilla. —Podes estar tranquila de que no puedo entrar a tu mente hasta que admitas lo que sentís por mí.— Acota.

Ella no sabe si es una ilusión o sus palabras se escuchan con un dejó de angustia...

Pero para cuándo se separan... Él sigue sonriendo y mirandola de manera burlona, a la vez que intercambia su mirada hacia los hermanos quienes no dejan de mirarse el uno al otro negando con la cabeza.

—¿Por qué irías a mentirme?— Enfrenta a su hermano mayor con una mueca de dolor en sus ojos.

Kyrill se acerca lentamente hacia ella abriendo sus manos. —Sólo puedo decirte que tengo la misma razón por la que Magus respondió recién... Ni siquiera yo puedo cerrar los ojos sin sentirme herido... Por lo que tuve que ver.— Agacha su mirada siendo completamente sincero con su hermana.

—¿Y crees que no tenemos que hacer eso entre nosotros sabiendo que hoy nos atacaron y mataron a nuestros padres?— Muerde su labio inferior para negar con la cabeza y alejarse de él.

—¡Esto acaba de pasar hace solamente horas todavía los cuerpos están en la bóveda y ni siquiera sabemos cómo manejar la situación!— Magus sale a favor de su hermano hablando con vos calma para que nadie se ponga a la defensiva.

Por lo que ella suelta una carcajada y lo mira de manera irónica. —¿Cómo pueden creer que yo me puedo llegar a creer algo así sabiendo que ustedes están preparados para el trono desde que nacieron prácticamente?— Los mira suspirando, para luego tomar asiento en el sillón.

Kyrill traga saliva bajando la mirada hacia su calzado manchado de sangre... —¿Es fácil decirlo cuando vos saliste corriendo por el bosque a correr a la estúpida de tu guardiana, no?— Kyrill enfurecido, es quien cuestiona.

Pero antes de que pueda llegar a avanzar un solo paso, el híbrido se pone delante de él para mirarlo de manera amenazante.

—Lastimosamente me interesa muy poco lo que creas de que no debo estar en esta conversación... Pero volvés a insinuar qué la vas a lastimar o te vas a acercar lo suficientemente a ella como para dañarla y te arrancó la cabeza sin importar lo que ella piense al respecto.— Amenaza con voz calmada poniendo una mano en su pecho sin siquiera tener que mostrar sus ojos enfurecidos o sus colmillos.

Su sola presencia es más que suficiente para hacerlo entender el mensaje y que no está bromeando en absoluto.

—¡Jamás la lastimaría!— Exclama al mirarlo.

—¡¡Ya es suficiente... No hagamos esto, esta guerra nos trajo demasiados problemas y todavía ni siquiera resolvimos el asunto de que ustedes dos son pareja!!— Magus pone un paño frío sobre la situación.

—Quiero saber qué es lo que pasó para después poder ir a ver sus cuerpos... Estoy segura de que están ansiosos por tener su ceremonia de consagración.— Arquea su cejas mirando fijamente al mayor de todos.

Su hermano sabe que está diciendo que esas palabras sólo para lastimarlo y para que explote y explique verdaderamente y sin ni un omitir ni un solo detalle que fue lo que ocurrió al momento del fallecimiento de sus padres por eso mismo niega con la cabeza y observa como el híbrido lo mira de reojo muy atentamente a cualquiera de sus movimientos.

—¿Podemos poner prioridades a toda la situación e ir viendo qué es lo que tenemos que hacer primero, por favor?— Kyrill suspira, convencido de que no soltará ni una sola palabra por sus labios.

Tenía vergüenza y su hermano gemelo era el único que lo sabía, incluso llegaba a sospechar de qué el híbrido también estaba al corriente de la situación y de su sentimiento.

Holland sonríe negando con la cabeza, para luego morder su labio inferior. —¿Me lo vas a mostrar o qué?— Mira a Egan arqueando sus cejas y esperando una respuesta por su parte.

El mismo sonríes relamiendo sus labios mientras que se acerca hacia ella tomando asiento a un lado.

—Como digas, princesa.— Sonríe mirando malicioso a Kyrill, quien cierra los ojos dándose media vuelta.

Magus suspira tomando asiento en el sillón que solía usar su padre.

Lo divertido de las situacion es que Egan no le va a mostrar lo que ocurrió para dañar a los hermanos, incluso, lo hará para que queden bien parados porque estuvieron defendiendo a su familia a capa y espada sin temor a perder sus vidas.

Pero sabía que el haber perdido aquella batalla hacia tener vergüenza a Kyrill.

Egan acaricia su mejilla y clava sus ojos en los de ella...

Holland se remueve incómoda.

—Sh... Quieta— Demanda ronco.

Generando en su cuerpo miles de electricidades recorreriendo su piel.

La castaña se concentra en el Iris de sus ojos, para luego hacer un gesto achinando las mismas al ver como las pupilas de Egan comenzaban dilatarse mostrándole en su mente lo que su hermano había vivido.

Y aquella información la tenía gracias a su equipo, quienes habían estado allí para ayudarlo.

—¿Que me estás haciendo?— Murmura calmadamente...

Egan sonríe coqueto. —Te muestro lo que querés saber, cariño.— Responde.

～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～

—¡Protejan a los reyes!— Un grito lo hace darse vuelta para observar cómo la seguridad de sus padres está en peligro.

Kyrill jadea cuando un Rouge le arranca la cabeza a uno de los guardias civiles que estaban juntos a él.

—¡Protejan al príncipe!— Exclaman detrás de él, pero aquello no es de importancia para el mismísimo príncipe.

—¡No sé salgan de su formación, lo principal es proteger al Rey y la reina!— Demanda ahora Kyrill luchando cuerpo a cuerpo con otro de los Rouge.

Algunos eran tan salvajes, que habían pasado años lejos de la civilización, por lo que siquiera pronunciaban palabra alguna, e incluso se presentaban en su forma lobuna ya que no sabían cómo volver a cambiar a su forma humana.

—¡Hijo!— Su padre aparece frente a él dispuesto a luchar.

Incluso le quita de un sólo golpe a uno de los Lobos que tenía prendido a su mano.

Kyrill se da media vuelta una con una mirada de horror hacia el. —¿Que demonios estás haciendo acá?— Se queja arrancándole la cabeza a su contrincante.

—¡Recordarte que nunca dejes de mirar hacia los costados!— Sonríe divertido, al mismo tiempo que le guiña un ojo.

—¡No lo haré, siempre y cuando vuelvas a ese maldito búnker con mamá!— Asegura jadeando.

Sirius sonríe con melancolía. —No sería un buen Rey si no protejo a los míos.— Puntualiza al mismo tiempo que comienza a luchar.

Su hijo no puede hacer más que negar con la cabeza y cerrar los ojos, para concentrarse y seguir atacando a quienes los estaban invadiendo, sabiendo a la perfección que buscaban dañar a los reyes vampiros.

Es tanta la sangre y los gruñidos que se oyen que su respiración se asquea por el olor asqueroso y nauseabundo que largan los lobos al morir, tal así era lo mismo para los lobos cuando ellos morían.

—¡Tenés que ir con ella!— Suplica mirando hacia atrás, pero lo que sus ojos ven lo deja perplejo, tal así que un lobo aprovecha para dejar un gran zarpaso en su brazo, siquiera se molesta por aquello, ya que en algún momento sanará.

Lo que le preocupa es que su madre se encuentra defendiendo a su padre, pero no sé da cuenta, hasta que es tomada por la cintura, de que es el blanco más fácil en todo el castillo, ya que su cometido era llegar hacia los reyes.

—¡¡Ella ya está conmigo!!— Asegura Sirius con una sonrisa en sus labios.

Kyrill los mira achinando sus ojos, al mismo tiempo que su padre alza la vista hacia atrás para sonreírle a uno de los Lobos de Egan, Vanko, quien lo reconoce enseguida y comienza junto a Stephen a cazar de igual manera a los rougues que tenían a la Reina.

—Gracias por la ayuda.— Agacha su cabeza y les agradece con respeto.

Vanko asiente con una mueca de cabeza. —El rey alpha está en sus tierra poniendo órden.— Demanda y explica.

Kyrill frunce el entrecejo al escucharlo nombrar.

—¡Maldito!— Gruñe cuando finalmente le arranca el corazón sin pudor alguno a quien lo estaba atacando.

—Dejeme llevarlo a un lugar seguro.— Stephen propone sacando sus colmillos para defender a los reyes.

Aquello parecía de no acabar, no entendían como podía haber tantos.

Sirius niega con la cabeza. —¡Mis hijos son el futuro, no nosotros!— Asegura ella con los ojos cristalinos al soltarse del agarre de aquella bestia gracias al ataque de su esposo.

Vanko la mira y asiente en silencio sin dejar de luchar, había entendido el mensaje fuerte y claro, por lo que se coloca delante de Kyrill para protegerlo de los ataques, mientras que Stephen es quien ayuda a los Reyes a liberarse del ataque, e intenta llevarlos de nuevo e inmediatamente a un lugar seguro, pero la reina se interpone entre su esposo y un Rougue furioso...

—¡¡No tocarás a mí esposo!!— Gruñe con sus ojos colorados mordiendo su cuello.

—¡Cariño no!— Grita aterrado al ver cómo se interpone para protegerlo.

—Siempre supe que no podría vivir sin ti.— Susurra con una sonrisa en sus labios...

Sirius abre sus labios y los vuelve a cerrar al ver la sangre emanar del cuerpo de su esposa, quien había sido su compañera de vida por siglos...

Ella parece no sentirlo, sigue en la lucha, mientras que Stephen los intenta proteger a ambos, pero también es lastimado, aquello no hace más que enfadarlo, por lo que suelta un gruñido que hace observar a varios rougues de dónde proviene, pero lo que no saben es que aquel sonido viene del pecho del Rey...

Quien ve como su esposa se le va de sus brazos por protegerlo, cuando él cae de rodillas sobre su cuerpo Stephen se ocupa de ir abriendo paso a liberar la zona, pero Kyrill no puede preveer la mordida que le dan en su otro brazo a modo de distracción cuando le arrancan la cabeza a Sirius delante de sus ojos...

El mismo aún tenía entre sus brazos a su mujer, la misma se iba apagando lentamente hasta dejarse llevar por la pena de haber perdido a su esposo.

Kyrill con furia en sus ojos le arranca el corazón a todo lobo que ve, con la ayuda de vanko y Stephen, quien curiosamente también lo salva a él de ser decapitado.

—¡Hagan una valla delante de él!— Demanda Vanko a la guardia civil.

Los ataques ya no llegan y poco a poco los gritos y ruidos de guerra se desvanecían... Pero no sabía si era el, que no podía prestar atención a otra cosa que no fueran sus padres muertos o si realmente habían podido parar el ataque...

Cae de rodillas a un lado de Stephen, junto al cuerpo de sus padres, con sus ojos aún rojos y perdidos.

～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠'⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～～⁠>⁠`⁠)⁠～⁠～⁠～

—Quiero verlos.— Holland se levanta cuándo Egan Finaliza de mostrarle lo ocurrido.

En sus ojos solo se puede ver dolor, por lo que él la toma de la mano cuando ella quiere salir por la puerta.

—Holland.— La llama ronco, pero la castaña se da media vuelta mirando a su hermano mayor.

—Deberias de agradecerle al perro que está ahí afuera por haber salvado tu pellejo.— El recelo se hace presente en sus palabras, pero luego baja su mirada hacia su mano entrelazada con la del híbrido.

No tiene palabras para decir, solo lo observa a sus ojos azules y luego suelta su mano para salir de la habitación con un vacío en su pecho, mismo vacío que diente Egan al no sentir su toque frío.

Suelta una maldición para luego golpear con fuerza la pared.

—¡En serio creí que ustedes eran más inteligentes, pero evidentemente aquello sólo se lo puedo dejar a su padre!— Comenta mirando con desdén a los dos gemelos.

—No la dejes sola.— Kyrill pide mirándolo con sus ojos apagados.

Egan sonríe irónico. —¿Ahora me daras consejos?— Arquea sus cejas divertido ante la postura del mayor de los gemelos.

Magus niega con la cabeza suspirando, mientras que Kyrill sigue con su espalda recta y con sus manos echas puño. —No resolvimos lo que ocurre con ustedes, pero ella te necesita... Puede que eso te sume puntos.— Es lo único que dice para salir del despacho en busca de Kara.

Necesitaba estar a su lado y todos en aquella habitación lo comprendían... Por más que no lo dijeran de la boca para afuera.

El híbrido sonríe nuevamente mordiendo su labio inferior. —Yo no necesito sumar puntos, principito, que eso te quede bien claro.— Se queja con la mandíbula apretada saliendo también para seguir la fragancia de su mate.

Sentía su fragancia pegada a sus fosas nasales por lo que no era para nada difícil encontrarla en menos de un parpadeo sin esfuerzo.