Zenda cierra los ojos a medida que siente que se están acercando a la manada del Rey híbrido, viajando las dos en el mismo auto siendo manejado por uno de los allegados del castaño quién había enviado al mismo para poder llevarlas a las dos a la celebración.
Durante todo el camino las dos habían estado absolutamente en silencio y eso se notaba que se debía pura y exclusivamente a los nervios que cabían en ambos cuerpos sin embargo no se decía ni una sola palabra Al respecto porque ninguna de las dos quería admitir lo que estaba sintiendo En este preciso instante por sus adentros, pero bastaba nada más conocerse y darse una pequeña mirada de arriba hacia abajo para darse cuenta lo mal que lo estaban pasando cada una de ellas.
No ve la hora de poder llegar a la propiedad y sacarse de encim
