Amor híbrido

Capitulo 2

Con el equipo listo, el Alpha rey, su delta Vanko, su beta Stephen y su guerrero omega Adrik parten de Downpatrick, Localidad en Irlanda del Norte hacía las zonas de los castillos pertenecientes a la familia Owen.

Quizás fuera una mera casualidad que ambos vivieran en Irlanda del norte, Egan había decidido hace muchísimos años crear una de sus manadas allí mismo, gracias a los enormes espacios verdes y los acantilados que le posee aquel pueblo.

Sus los lobos podían correr, estar en contacto con la naturaleza y mantenerse al margen de los humanos y sus miradas curiosas, aúnque, todos en el pueblo sabían que ellos eran lo más parecido a la realeza atemorizando a los niños con historias sobre monstruos en el bosque y por las zonas cercanas, así mantenían en secreto su cultura y su especie.

—¿Estamos seguros de hacer esto?— Stephen refunfuña negando con la cabeza, cuándo todos se encuentran distribuidos en dos camionetas.

Egan rueda los ojos mordiendo su labio inferior al estar ocupando el asiento del copiloto. —¿Qué es lo que te causa temor?— Sonríe burlón.

—¡¡Oh nada!! ¡¡Quizás sea el echo de que nuestro Rey alpha se este exponiendo a una maldita guerra que no le corresponde!!— Sonríe subiendo sus manos como maniático.

Vanko, quién maneja, sonríe de costado divertido.

—¡Vos solo te respondiste, soy el rey alpha!— Lo mira cínico.

Stephen wilmer suspira y cierra los ojos tirándose hacia atrás del mullido asiento de la camioneta sin decir una sola cosas más.

Adrik se dirige en la ultima camioneta, pero cómo todos estaban hablando por su link personal podía escuchar los reclamos de sus amigos, por eso mismo mueve su cabeza de manera divertida al escucharlos quejarse.

Conocían a la perfección al Alpha, y no había nada que hiciera para que él no acudiera a dónde tuviera ganas, incluso, si eso significaba que su vida estaba en riesgo.

—Ya se siente el olor...— Vanko frunce sus labios mirando de reojo a su mejor amigo.

—¡Son del sur!— Egan responde a las palabras de su delta... Quien asiente coincidiendo con él...

—¡Maldición, su líder es un completo imbécil, quiso llevarse a Samay una vez!— Niega con la cabeza Adrik, al recordar como quisieron meterse los rouges con su hermana pequeña siendo tan sólo una niña de ocho años.

Vanko aprieta los puños sobre el volante con furia al escuchar aquello.

—¡¡Se quién es su líder y te aseguro que no le conviene verme acá!!— Aprieta sus puños recordando tal momento —¡¡No entiendo porque están haciendo esto si ellos tenían sus territorios ganados!!— Se queja apretando sus manos con recelo.

—¿Será que la hija de la realeza se encuentra en casa de visitas y aquello llamo su atención?— Burlón Adrik indaga achinando sus ojos.

Egan niega con la cabeza dándose media vuelta para ver a Stephen, quien muerde su labio inferior nervioso al mirar al exterior como se acercaban cada vez más al pueblo.

—¿Tanto revuelo por una cría caprichosa?— Stephen rueda los ojos.

Aquello llama la atención de Egan, quien arquea sus cejas. —¿Que sabemos de ella?— El rey alpha cuestiona algo rudo mirándolo.

Su amigo sonríe risueño relamiendo sus labios, para ahora prestarle atención a su amigo. —Es la nena consentida de Sirius... Vive en la ciudad, ya que al no ser heredera al trono cómo sus hermanos gemelos no quiere inmiscuirse en los asuntos, no le gusta el castillo y todo lo que conlleva aquello.— Rueda los ojos al explicarlo.

Vanko suelta una carcajada. —¡Una típica niña pija con poder!— Suelta divertido.

Egan niega con la cabeza relamiendo sus labios pensativo. —Una vampiro que quiere ser otra cosa mejor dicho.— Arquea sus cejas corrigiendo el comentario de su Delta.

—¡Son la adoración de sus padres, e incluso, a ellos le conviene mantenerla lejos de todo el reino para que no se meta en problemas y no llame la atención!— Rueda los ojos una vez más Stephen al terminar de explicar.

Vanko sonríe mirando a su alpha... —¿Como es que sabes tanto de ella?— Se burla mirándolo por el espejo retrovisor.

Egan escucha atento ya que aquella respuesta le causaba curiosidad y no sabía porque. —¡Soy el beta!— Sube sus hombros obvio. —¡Las veces que eEgan os invitó a reuniones tuve que investigar a la familia, ella nunca acudía y era por su rebeldía hacia sus padres y la realeza!— Sonríe burlón.

—Me olvidaba que eras la inteligencia del equipo. ¡No se que haríamos sin vos!— Vanko se burla y Stephen le devuelve la burla por el espejo.

—¡Ya es suficiente, dejen de comportarse cómo adolescentes cuándo estamos a punto de llegar!— Bufa señalando hacía adelante.

El fuego se expande por el bosque que se abre paso hacía ellos, a lo lejos pueden ver a alguno vampiros neófitos atacando a los lobos rouges y queriendo contener también el fuego para que no se siga expandiendo.

—Lo lamento.— Se disculpa Vanko mirando de mal modo a Stephen, quién sólo se dedica a ignorarlo.

Aquella simple disculpa parece dejar completamente conforme al líder del grupo.

—Dejemos las camionetas acá.— Aprieta su mandíbula al ver tal disturbio, dándose cuenta que llevar camisa en esta ocasión no es la mejor prenda para un enfrentamiento.

Todos hacen caso a su demanda, por eso mismo Adrik estaciona detrás de donde Vanko lo hace, viendo cómo sus amigos bajan, él toma sus armas llevándolas en su mano, era un guerrero y estaba dispuesto a ir cuerpo a cuerpo con cualquier criatura, pero estaba en riesgo la vida del Alpha Rey, por eso mismo no dejaría nada al azar si alguien se animaba siquiera a tocarlo.

—¡Directo al castillo, no quiero distracciones, pero si quiero que los esposen a todos en el camino, luego mandaremos a la guardia civil a recogerlos!— Demanda estando ahora frente a sus tres mejores hombres, en los que mas confía en el mundo.

Adrik saca de su bolsillo unos precintos de fácil manejo para atar las manos de los rouges que se presentaran frente a ellos, los mísmos estan rociados con matalobo, pero aquello no era daño para aquel equipo... Estaban más que acostumbrados.

Egan arquea sus cejas y lo mira asintiendo ante aquello.

—¡Ninguno se queda atrás y quiero a su líder vivo!— Vanko exclama y Egan no tiene más que hacer que sonreír negando con la cabeza.

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—¡¡¿Dónde carajos te metiste, Holland?!!— Su hermano aprieta su mandíbula con sus colmillos afuera listo para el ataque.

Son solamente diez minutos de los que se encuentra en el bosque, y ya tuvo que pelear con dos rouges llenos de sangre, deseosos de descuartizarlo.

No le había costado mucho sacárselos de encima, pero si le preocupaba cómo su hermana seguida con vida aún, no eran muy fuertes pero en grupos eran violentos y siempre se mostraban de a dos o más para poder dar pelea a quien tuvieran enfrente.

Intenta seguir el aroma de su hermana y los posibles pasos que ella pudo haber dado durante este tiempo fuera del castillo en el extenso y oscuro bosque, pero deseaba llegar antes de que hiciera un completo desmadre con los rouges que habían atacado a Zenda, si bien, la situación debería de ser al revés, ya que Zenda es una especie de guardiana para Holland, la castaña no había podido dejar de sentir la impotencia que tenia cuando atacaron a quien hace bastantes años se había convertido en una gran amiga para ella.

—¿Buscando a la princesa?— Un rouge, para su asombro sólo, se presenta frente a él con una mirada maliciosa a lo que su hermano le enseña sus colmillos a modo de defensa.

—¡Cómo la hayas tocado te vas a arrepentir en este preciso momento!— Sonríe antes de avanlazarse hacia él para arrancarle su cabeza de un sólo movimiento.

—¡Maldito perro!— Escupe con recelo al ver su cuerpo inerte en el pasto.

Lo patea y sigue su camino intentando encontrar el aroma de su hermana para que le dé un indicio de dónde puede estar su paradero.

Avanza entre la arboleda atento a todo lo que ocurre a su alredor con un solo objetivo en su mente, además de que no puede dejar de pensar en que dejó a su hermano, madre y padre en el castillo, aquello es algo que le molesta e incómoda en su misión, pero sigue avanzando con su objetivo en mente para poder llegar cuanto antes hacia donde se supone que Holland persiguió al Rouge que atacó a su amiga.

—¡Holland, voy a matarte cuando te encuentre!— Sisea al llegar a un claro en el que no hay ni una sola pista de su hermana pequeña.

—¡Magus!— La pequeña de la familia corre con una herida en su brazo hacia su hermano.

Quién al verla abre sus ojos desmesuradamente sorprendido por su aspecto. —¡¡¿Dónde demonios estabas!!?— Se queja frunciendo el entrecejo.

La toma de los hombros para analizar rápidamente todo su cuerpo y cerciorarse de que no hay heridas más graves que la que tiene en el brazo y la que está curandose en su rostro...

Ella asiente con la mirada al recuperar el aliento, podía ser un vampiro y tener todos los privilegios que estos maravillosos seres sobrenaturales tienen pero cuándo se cansaban se cansaban... Por más que no fuera al mismo nivel que un humano...

—Estoy bien... Estoy bien.— Asegura mirándolo a sus ojos verdes.

Magus asiente poco convencido ante sus palabras. —¡Hay que irnos!— Mira a su alrededor percatándose de que aún se encuentran bastante resguardados y solos.

Holland asiente reiteradas veces con la cabeza mirando también hacia donde su hermano mayor lo hace. —¿Mamá y papá?— Cuestiona torciendo su entrecejo.

—Ellos están bien... No te preocupes, pero tenemos que ir al castillo.— Le asegura acariciando su cabello para tirar de ella y ponerse a correr.

—¿Te tocaron?— Mira las manchas de sangre que su hermano tiene en las vestimentas.

—No fue nada.— Frena colocando una mano delante del cuerpo de su hermana para que no siga avanzando al escuchar pasos de posibles rouges...

Ella niega con la cabeza y saca su colmillo dispuesta a atacar. Pero cualquiera que conozca a sus hermanos gemelos saben que nunca le permitirían qué peleara estando ellos mismos presentes.

—¡Si te digo que corras quiero que corras!— La mira fijamente para corroborar de que el mensaje fue recibido.

Luego, saca sus colmillos cuándo un equipo de cuatro feroces lobos aparece frente a ellos.

Holland mueve su cabeza a un costado no acatando por nada del mundo su directiva, pero no tiene otra cosa más que hacer cuándo su hermano la empuja para atacar a uno de ellos con ferocidad.

—¡Corre!— Gruñe mirándola con sus ojos completamente rojo.

Holland no tiene más que hacer que seguir su orden si no quiere tener peores consecuencias cuándo salgan ilesos de todo lo que está sucediendo.

El problema de la castaña es que sale corriendo para el lado equivocado del Castillo, se dirige hacia los acantilados sin mirar atrás esperando poder encontrar alguno de sus guerreros para mandarle refuerzos a su hermano.

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—¡Saquen al Alpha!— Demanda Vanko con un rugido hacia sus amigos por el link.

Mira a su alrededor percatandose de que todo se prende fuego, no tenían tiempo ahora para ver quién lo había provocado, pero no era seguro quedarse por mucho tiempo más en aquella zona de la hectárea dónde el fuego esta siendo contenido por los guardias civiles de la manda.

Aquella guerra qué no era la suya se estaba convirtiendo en un descontrol, por más que lo estuvieran controlando ellos, a pesar de que parecía ser todo lo contrario.

—¡Los niños y mujeres están a salvo por completo!— Stephen llega corriendo con su respiración agitada.

Habían logrado mantener a salvo a la mayor cantidad de vampiros que encontraron peleando en el bosque pero lamentablemente la familia real no había tenido el mismo final.

El mayor de los gemelos había peleado hasta el final para lograr mantener el resguardo a su madre y padre pero no había obtenido el resultado deseado, ambos habían fallecido en manos de los temibles rouges, sin embargo, Stephen logró salvar la vida del mayor de los gemelos mostrando su valentía y defendiendo el reino de su mejor amigo...

Aún el gemelo yacía sentado a un lado de los cuerpos de sus padres lamentándose no haber podido hacer nada más para salvarlos...

Las mujeres y niños seguían al resguardo hasta que fuera lo suficientemente seguro salir, pero él necesitaba ver a su pareja, ya que sólo ella podría ayudar a disminuir el dolor que sentía en estos momentos por la pérdida de sus padres y por no saber dónde se encontraba su hermano gemelo y su hermana menor.

—¡No encuentro a Egan!— Sisea con sus ojos amarillos .

Adrik jadea y mira a su alrededor mirando a vanko.

—"¡¡Maldita sea Egan!! ¿¡Dónde carajos estás?!"— Exclama por su link Vanko.

Un nudo comienza a oprimir su estómago al no encontrar a su mejor amigo y Rey alpha. Él era su beta y su deber era protegerlo ante todo, pero al Alpha de los Alphas se le dió por salir atras de un Rouge que estaba atacando a una niña para poder salvarla...

—"¡Egan, tenés que volver al pueblo, hay una área afectada por fuego y no es seguro que estés en el maldito bosque, no logramos salvar a Sirius y su esposa!"— Gruñe en su mente Stephen.

Egan tuerce sus cejas al escuchar a su beta por el link. —"¡¿Heridos nuestros?!"— Frena en seco llevando una mano a su pecho, para volver por dónde venía.

Había salvado a la niña, pero cuándo la adrenalina le ganó en el cuerpo comenzó a atacar a todos los Rouge que se le habían cruzado por el camino.

—"Mujeres y niños al resguardo, la guardia civil está ocupándose de todo cómo lo pediste."— Aclara.

—"¡Voy en seguida!"— Corta la comunicación y niega con la cabeza preocupado por toda la gente que tiene a cargo.

—¡No es cierto!— Egan deja de correr cuándo una sustancia quemada llega a su olfato, la misma le produce problemas al respirar.

Y es nada más y nada menos porque le quedó aquella y única debilidad de pequeño.

Asma.

Es el lobo demonio más poderoso de todo el maldito mundo, los padres de futuros Alphas mandan a sus hijos a su academía y a su manada a partir de la edad de tan solo tres años para que sean entrenados cómo corresponde, su manada es conocida por ser la más fuerte, ya que se compone de puros Alphas, qué tienen como parejas mujeres Alphas también, las mismas han cedido sus puestos a sus hermanos menores para quedarse en aquella manada poderosa.

Pero no puede dejar de tener la secuela que le generó lo que es hoy en día.

Aprieta sus labios y suelta un jadeo ahogado al querer tener aire en sus pulmones y la entrada a estos despejada. Lleva una mano a su pecho cayendo al suelo de rodillas cuándo no puede seguir más de pie, su cabeza cae hacia abajo y cierra los ojos intentando encontrar su eje.

Escucha los gritos de Stephen y Adrik buscándolo, pero no es capaz de responder hacia el exterior.

—"Estoy... En... Las ollas..."— Murmura por el link hacia sus dos al mando.

Se reincorpora dejando su espalda sobre un tronco aún con la mano en su pecho.

—"¡En camino Alpha!"— Grita en su mente Adrik.

—"¡Estoy bien, no vengan por mí!"— Se queja.

Sabiendo que la prioridad es resolver el problema de fuga que tuvieron los vampiros con los rouges.

El sabría mantenerse a salvo, era el lobo más poderoso, en todos los aspectos posibles. Pero no había manera que los dos cabeza dura de Stephen y Adrik no apostaran su pellejo por él. Y ni hablar de vanko quién era quien demandaba a aquellos dos.

—"Digas lo que digas estamos en camino"— Se queja Vanko.

Sonríe burlón y niega con la cabeza... Dejando su cabeza reposar allí, contra el tronco...

Pero un ruido de hojas siendo pisadas lo alerta, no reconociendo el aroma de su manda, pero lo que sí lo sorprende es el aroma a menta y chocolate que emana aquella persona.

—¿No... Es posible... Acaso?— Murmura para él mismo pensativo.

Inhala el olor y siente como sus fosas nasales se abren inmediatamente, su garganta destraba aquella pieza que no le permite respirar y arquea sus cejas curioso...

Porque aquello lo había generado aquel olor a menta y chocolate.

Usualmente necesitaba una inyección para poder reponerse de inmediato, es por eso que su atención se aguidiza.

Todo su cuerpo se pone en alerta cuándo la siente aún más cerca y su nuca se eriza de inmediato al volver a sentir con más intensidad aquel delicioso aroma.

—"Es ella..."— Gruñe su interior...

La bestia que lleva adentro lo impulsa a levantarse y ponerse alerta a perseguir su aroma tan dominante.

Ve una silueta correr entre los árboles con rapidez, no se lo piensa ni un segundo más y corre detrás de aquella forma casi invisible que emana su olor.

Inmediatamente se pone a su par aún en su forma humana, jadea cuándo huele que una mujer vampiro, pero eso no lo detiene para tomarla por la cintura cuándo ella se intenta lanzar por el acantilado que tienen frente a ellos.

Ambos ruedan unos metros, Egan no suelta el agarre de su cintura.

Ella lucha por soltarse pero él no le da aquel privilegio, sigue ejerciendo muy poco de fuerza sobre ella con temor de dañarla, puede detectar inmediatamente su herida, por lo que frunce el entrecejo tenerla entre sus piernas.

—¡¿Estás loca?!— Se queja al verla con el entrecejo fruncido...

Holland jadea al ver sus ojos tan penetrantes observarla cómo si la conociera.

—¿Cómo te llamas?— Indaga él al no poder dejar de apreciar su belleza.

Su mente se encuentra completamente perturbada y confundida al no entender porque su respiración se regularizó de inmediato al tenerla cerca.

El hecho de que ella no esté ayudando mucho y colaborando lo pone más violento...

Holland no responde, se sigue moviendo al sorprenderse de que él no parece querer dañarla, incluso, es bastante particular el modo que tiene de mirarla y analizar su rostro con aquellos ojos azules tan penetrantes, eran cómo un lago... Igual a aquel acantilado por el que pensaba escapar de los Rouges que la perseguían al haber dejado a su hermano cuando él se lo ordenó.

—¿Tu nombre?— Sisea desafiante.

Completamente desesperado por saber cómo se llama su mate, aquella mujer que esperó por tanto tiempo y que creyó que no era posible que existiera.

Pero ahora que la tenía enfrente, todos sus sentidos estaban nublados, sentía que su vida cobraba sentido, y era nada más y nada menos que amarla... Protegerla y cuidarla sobre todas las cosas, lo que lo lleva a pensar en que estaría haciendo ella por el bosque cuándo todos las vampiros deberían de estar resguardadas.

—¡No me pongas tus manos encima, maldito perro!— Intenta defenderse.

—¡Habla y todo!— Sisea con una sonrisa de costado burlona. —¿Entonces por que no respondes mis preguntas?— Exclama molesto.

Ella sonríe irónica. —¡No tengo porqué hablarte, perro!— Reclama achinando sus ojos y mostrando sus colmillos hacia él.

Egan sonríe al escuchar su suave voz... —¿Crees que eso me va a asustar?— Hace el mismo gesto, demostrándole que también tiene su parte de vampiro.

Holland frunce el entrecejo pero se guarda a silencio.

—¿Que estás haciendo sola en el bosque?— Cuestiona algo furioso con el entrecejo fruncido.

Aún siguen en aquella posición, en la que Holland se encuentra bastante incómoda pero el castaño sigue estando muy a gusto.

—¡No tenes idea de quién soy, perro asqueroso, te conviene sacar tus manos de encima mío!— Amenaza intentando morderlo.

Él sonríe. —¡Eso no me interesa cariño!— Gruñe ronco poniendo una mano en su espalda para que ella no se lastime.

Conoce a la perfección que no puede igualmente lastimarse, pero le nace protegerla de esa manera.

Ambos jadean cuándo caen finalmente en el pasto, él rápidamente se pone encima de ella bloqueando sus piernas con las de él.

—¡¿Qué estás haciendo, perro?!— Sisea intentando sonar ruda.

Su pecho sube y baja con una rapidez inhumana, su mirada se clava en sus ojos azules, los mismos tienen el Iris verde volviéndolos completamente mágicos.

—¡No me digas perro!— Sus ojos se vuelven rojo fuego.

La castaña lo mira con sus labios entre abiertos, torciendo sus cejas por el olor que él demanda, eso la hace ignorar por completo estar debajo de él y ver sus ojos tan aterradores. —¿Por que oles así?— Se queja sintiendo su garganta arder.

Nunca había necesitado tanto probar de su sangre.

Cierra los ojos e intentar no respirar, es por eso que el castaño sonríe de costado relamiendo sus labios.

—Porque somos pareja y lamento decirte esto, cariño, pero ahora que te encontré no voy a dejarte.— Suelta serio.

Ella solo puede soltar una risotada, haciéndolo desestabilizar a Egan quien se queda perplejo observando su rostro, es por eso que toma la delantera y ahora ella está encima de él. —¡Estás muy equivocado!— Demanda.

—¡Si querías jugar rudo solo tenías que pedirlo, cariño!— Muerde su labio inferior risueño colocando sus manos en las caderas de ella.

—¡No me toques, perro!— Gruñe achinando sus ojos.

Al mismo tiempo que alza las manos de Egan con fuerza, generando un pequeño corte en sus muñecas por sus uñas.

Traga saliva y una mueca de dolor aparece frente a ella al desear tanto su sangre.

Él no puede preveer lo que sucede en instantes, se queda perplejo y con una punzada en su pecho al sentir su rechazó.

Aquello duele horrores, pero intenta no demostrarlo.

Incluso, no se da cuenta de que su grupo acaba de llegar y están viendo la escena.

—¡Rey Alpha!— Exclama Stephen.

—¡Carajos, Egan!— Vanko se queja apretando sus puños al verlo en aquella situación.

—¡Maldita Chupa sangre pagarás por esto!— Gruñe Adrik tomándola por el cuello para estamparla sin ninguna delicadeza contra un árbol.

Holland se queja cuándo su cabeza golpea el viejo tronco, cae con un movimiento de cabello y mira divertida a Adrik con todas las intensiones de lastimarlo, pero él la toma del cuello con rudeza...

La castaña lucha por tener aire, aquellos lobos no eran rouges, sus vestimentas era distintas, y claramente eran más fuertes que ellos, por eso mismo le esta costando tanto librarse de sus manos.

Vanko sonríe mostrándole sus dientes, pero tuerce las cejas cuándo su amigo y Rey Alpha pone una mano delante de él.

—¡No la toques!— Sisea el Alpha.

Egan se levanta inmediatamente y quita la mano de su Omega de su Luna estampandolo contra otro árbol.

Holland jadea por el agarre de su muñeca, pero se mantiene quieta pensando su próxima jugada.

Ellos eran más y más fuertes, por eso mismo tenía que pensar con claridad lo que haría a continuación.

—"¿Qué carajos, Egan? ¡Es una maldita Chupa sangre"— Exclama en su link Adrik recomponiendose.

—"¡Yo también lo soy por si se olvidaron!"— Stephen le recuerda rodeando los ojos.

Egan niega con la cabeza al escucharlos, no puede creer que estén comportándose como unos críos delante de ella. —¡Es mía!— Demanda con voz intensa.

Sus amigos se miran entre ellos... Y luego lo miran extrañado, abren sus ojos al comprender lo que está ocurriendo allí mismo.

—"Ella... Es mí mate"— Les hace saber por el su link...

—¡No puede ser...— Vanko sonríe burlón mirando a su mejor amigo.

—¡Es nuestra Luna!— Murmura sorprendido Stephen entendiendo a la perfección.

Adrik se arrodilla y baja la mirada frente a ella. —Le pido perdón, Luna... Yo... No estaba al tanto, espero sepa disculparme.— Traga saliva esperando su perdón.

Holland lo mira arqueando sus cejas...

Se intenta remover pero Egan se lo prohíbe.

—No es necesario, Adrik.— Responde por ella Egan.

—Lo siento, Rey Alpha.— Traga saliva.

Holland achina sus ojos al escuchar cómo él lo llama. —¿Cómo lo llamaste?— Cuestiona abriendo sus labios.

Vanko y Egan sonríen burlones.

—Rey alpha.— El Omega se levanta arrepentido, poniéndose a un lado de Stephen.

—"Es la princesa de los Owen... Holland."— Les hace saber Stephen mirándola sorprendido.

Egan achina sus ojos y lo mira con los ojos dilatados al descubrir tal secreto, ahora entendía porque la diosa Luna no los había puesto en sus caminos tiempo antes cuándo había sido posible.

—"Entonces tengo malas noticias para ella."— Todos miran a Vanko.

Su Rey Alpha, comprende exactamente a lo que se refiere, sus padres han sido asesinados y ella probablemente no tenga idea de aquello.

—"Que la guardia civil saque a todos los Rouges y que los vampiros, tanto mujeres y niños sigan con vida normal lejos del castillo."— Demanda con voz dura en sus mentes.

Los cuatro se miran pero ninguno dice una sola palabra más.

—Les daremos privacidad.— Anuncia Vanko mirándolos perspicaz.

Ella sonríe con burla y lo mira desafiante. —¡No es necesario, yo ya me iba, perritos!— Sonríe parpadeando, queriéndose soltar de su agarre.

Vanko, Stephen y Adrik se miran y se alejan luego de darle una mirada a su Alpha.

Holland se remueve queriéndose soltar de sus brazos, pero aquello se le hace algo imposible.

—¡Quieta, cariño, tenemos mucho de que hablar!— Susurra en su oído.

Holland siente un escalofríos recorrer su cuerpo al sentir en su nuca —¡¿Es necesario que me estés tocando?!— Se queja incómoda.

Egan sonríe y sólo la tiene sujetada de sus manos detrás de su espalda con una sola mano, la otra la utiliza para recorrer su cabello... —¿Te pone nerviosa, Holland?— Relame sus labios tocando su piel pálida y suave...

Parecía tan brillante...

Suave y débil.

Ella tuerce sus cejas al escuchar su nombre salir de sus labios. —¡Me incómoda que un estúpido perrito me éste manoseando!— Respira profundo y se ve liberada de su agarre, cuándo Egan cierra los ojos al sentir una puntada en su pecho.

—¡¡QUE NO ME DIGAS, PERRO!!— Exclama rugiendo.

Holland alza su barbilla y se siente extraña al no poder salir huyendo y corriendo.

Es lo único que quiere hacer, saltar ese acantilado y desaparecer lo más lejos posible de aquel lobo.

Pero siente magnetismo y una extraña sensación de querer descubrir más sobre la persona que tenía enfrente.

—¿Cómo es que sabes mí nombre?— Se queja furiosa.

Egan sonríe coqueto. —Soy el híbrido Alpha, cariño... Se todo.— Le asegura acariciando sus labios, cada segundos que pasaba a su lado, con más ansias quería besarlos.

Ella alza su barbilla y lo mira con desdén. —¡No entiendo nada de las parejas de los lobos, pero te aseguro que yo no soy la tuya!— Alza su barbilla cruzándose de brazos.

Egan traga saliva volviendo a sentir aquella puntada. —¡No seas necia, puedo sentir la necesidad que tenés por mí sangre y te puedo asegurar que nunca deseaste una sangre de está manera, cariño!— Sonríe irónico.

Le sonríe nuevamente quitando un mechón de su cabello de su rostro.

Holland se intenta alejar sabiendo que igualmente cualquier movimiento que haga él lo va a preveer. —¡¡No somos compatibles, claramente!!— Suelta una carcajada incómoda.

Egan relame sus labios aguantando las ansias de tirarse sobre ella, sin embargo, su mente se centra en qué sus padres, acaban de fallecer, por eso mismo tiene que tener su mente en frío ante los echos, ella sufrirá cuándo sepa la verdad y no será nada bonito de ver.

—¡¿Y por que todavía no te fuiste, cariño?!— Sonríe malicioso.