Magus levanta la mirada al ver a su hermano mayor ingresar al despacho de su padre, ahora de ellos, dónde estaba ahora mismo poniéndose al día.
—Lamentó la tardanza.— Se disculpa haciendo una mueca con sus labios mientras que cierra la puerta detrás de él.
Magus sonríe. —No hay problema, pude resolver todo mientras tanto.— Asegura subiendo sus hombros de manera un poco más animada.
—Igual, yo prometi que llegaría antes.— Suspira arrepentido.
—Necesitabas estar con ella.— Le guiña un ojo y sonríe siendo completamente comprensivo con su gemelo.
—Si...— Admite parpadeando para luego mirar a su alrededor.
—Se nota raro.— Sonríe su hermano de costado.
—Desde que nacimos fuimos preparados para esto.— Murmura pensativo... —Realmente parece ayer y no que hubieran pasado más de miles de años
