—Bienvenida a casa, cariño.— Sonríe de costado... Egan suspira cuándo observa a Holland acostada en su cama, y puede detectar y observar a la perfección de que muy pronto ella va a recuperar la conciencia, tiene un muy mejor color en su rostro y su sangre comienza a notarse nuevamente en sus deliciosas venas. Y aquello no significa más que, probablemente, problemas para el castaño, ya que sabe más que a la perfección que se las va a tener que ver con ella apenas abra sus perfectos ojos verdes, como él los ve con sus ojos anaranjados. Sin embargo, no puede evitar sentir una gran satisfacción y por sobre todas las cosas son regocijo propio al saber que ella está en su propiedad. Había mandado a la guardia civil a hacer algunas maletas en el clóset de la habitación del castillo de la cast