-Alex- El viaje fue largo, llegamos al helipuerto privado de uno de los clientes de mi padre y ahí nos embarcamos directamente hacia las montañas donde rezaba mi hermano siguiera estable. Tenía en mi memoria recuerdos a su lado, su primer biberón, su primera palabra. Mi madre me enseñó a amarlo justo como ella lo hacía y desde el día en el que lo alejaron de mí, mi mundo no ha tenido el mismo color. -Estas muda- objetó mi padre y le di una mirada cargada de odio a la que respondió con una sonrisa divertida- ¿Es que acaso no te motiva un viaje de padre e hija?- desvié la mirada hacia la ventana, me aterraban las alturas más en ese momento me aterraba la sola idea de provenir de aquel ser que no destilaba más que sentimientos oscuros llenos de ira y tensión-Bien, cómo quieras. No hables.