-Alex- -¿Tú...Lo salvaste?- pregunté asombrada a aquel entrenador, Cristian desvió la vista y yo honestamente no pude salir de mi asombro, miró hacia una puerta en la que había una pequeña ventana. La curiosidad pudo más que yo y fui a ver de qué se trataba. Pero en verdad no era lo que esperaba. Tendido en una cama hospitalaria, con un tono más blanco y pálido que el usual en su piel, con el cabello al rape y una cortada sobre el hueso de su nariz. Con los ojos cerrados y las manos en puños, delgado, pero lo que más llamaba la atención sobre mi pequeño hermano era la marca en su cuello. Anthony tenía un color violáceo con rojizo e incluso verdoso y se notaba que aquello era doloroso. Di un vistazo atrás, Adrián me miraba con preocupación. Siendo el sujeto temido que era, al parecer, l