-Nico- No sé qué maldito espíritu me poseyó como para que me interesara tanto aquella jovencita de singular aspecto y cáracter entretenido. Y que se note que lo que a mi me parece entretenido no cualquiera lo soporta puesto que ronda entre lo grosero y lo maleducado, pero, ¡Mierda!¿Alguien había visto sus ojos? Vine a este lugar con pensamientos claros y concisos que ahora parecían haberse ido por la borda y todo debido a mis malditas hormonas. ¿Qué soy, un jodido adolescente? Leyendo las actividades de los estudiantes me pasé alrededor de dos hora y, tal vez un poco más, en las computadoras para evaluar. Y claro que el suyo fue el primer trabajo que revisé, mala idea, puesto que me dejó un parámetro muy elevado que no todos sus compañeros tomaron. Ella escribía con fluidez y en su traba