Me froté las manos por el rostro una vez más, la frustración estaba empezando a acabar conmigo, había llegado del estudio hacía tres horas y desde entonces estaba sentada frente a mí laptop, intentando acabar el condenado artículo que debía entregar sobre las películas de Kane, pero no podía... Simplemente no podía acabarlo. Ingresar a Internet y buscar información al respecto, era toparme con su rostro cada tres segundo, y ver las películas era peor... Mi corazón rugía con violencia cada vez que le escuchaba hablar, aunque en los últimos dos días solo había oído su voz así, detrás de una pantalla, luego de nuestro viaje a Miami, Kane no me había llamado ni escrito, mucho menos me había visitado; nada de citas para dejarnos ver... Me dejó en el olvido total, seguía enfadado y aunque yo in