Era el tres de julio y estaba rasgando faldas y arrojándolas en una canasta con las otras cosas que mi madre solía hacerme usar. Cada vez que entraba en mi armario y los miraba, recordaba cada una de las cosas que ella me regañaba de antemano. Cada falda una nueva historia. Deja de encorvarte, no es como una dama. Deja de lloriquear, no es como una dama. No está permitido maquillarse ni pintarse las uñas. Te lo he dicho antes. No uses camisas demasiado bajas, no es como una dama. Mia me miró con diversión mientras hacía todo esto en mi habitación. "La tía Jessica realmente está enojada contigo." "Oh, gracias por recordármelo, querida", me burlé de ella. Me puso los ojos en blanco justo cuando iba a tirar una falda azul claro a la basura. "Lo mínimo que puedes hacer es disculparte co