TÚ, MI DULCE OBSESIÓN.

Capítulo 5

Harry.

—Amigo, no puedo creer que acabamos de hacer eso! —Nick se rió, tropezando un poco en la acera de cemento.

Mis nudillos estaban doloridos por romper su propiedad y mis manos estaban sucias por arruinar su jardín en el jardín delantero. Estaba borracho, intoxicado y sin pensar. Actué por instinto, y el problema con eso era que podía hacer fácilmente lo que quería sin importar lo que fuera. Estoy drogado por la hierba que trajo Nick y como los dos no podíamos conducir, tuve que llamar a Logan. Él es el único que podría recogernos en la calle al azar en la que estábamos.

—¿Hola?

—Oye, Logan Thompson, necesito tu ayuda —balbuceé.

—Perra, estoy trabajando —dijo descaradamente—. ¿Y estás borracho? Hombre, es martes. ¿Qué carajos estás haciendo emborrachándote un martes por la noche?

A mi lado, Nick seguía riendo y no se callaba. Puse mi dedo en mis labios, haciendo ruidos de silencio antes de empezar a reírme también. Solté una risita en el teléfono, ante lo que Louis suspiró molesto. No lo culparía. Nick se acercó cuando la casa estaba vacía y trajo un par de cervezas con él. No tenía otra opción que beber, ya que estaba aburrida y sabía que Serenity no podía salir esta noche.

Echando mi cabeza hacia atrás y apoyándola contra una cerca, solté aire de mis labios con una risa.

—Hermano, estoy totalmente relajado en este momento.

Sin mencionar la bolsa de hierba que trajo Nick también. Como en la secundaria, dijo. Estoy tan jodido ahora que sueno americano. Nick me miró como platos, inclinándose hacia adelante y riendo ruidosamente.

—¡Hombre, me siento tan vivo! —gritó, cayendo de rodillas y luego de cara a la hierba con el trasero en el aire.

—¿Ese es Nick? —preguntó Logan—. No conduzcas ni hagas nada estúpido con él.

—Fueron en alguna calle al azar. Necesito que me lleves con Serenity. Tengo que verla —le canté al teléfono.

Logan no podría estar más molesto por esto.

—Dije que estoy trabajando.

—Y me importa una mierda.

—¿Quieres que Marisol te lleve? —escupió sarcásticamente.

—Actualmente, sí —dije con un insulto—. Ella es agradable y comprensiva.

Logan encontró eso algo divertido.

—Ella es todo menos esos dos, amigo. Ahora voy a llamarla y preguntarle. Por favor, no hagas nada estúpido, Harry. Sé que tú y Nick son imprudentes.

Demasiado tarde, pensé para mí.

—Somos jodidamente increíbles, quieres decir —grité, con el brazo en el aire mientras Nick se quedaba dormido lentamente en mi suelo, pero mis gritos lo interrumpieron bruscamente.

Se sentó lentamente, con una mano en la cerca justo cuando Logan me colgaba. Perezosamente puse mi teléfono en mi bolsillo. Me reí entre dientes de Nick, quien torpemente intentaba sentarse en la hierba. Después de una somnolencia inquieta, se las arregló para sentarse y preguntar:

—Entonces... ¿me dejas aquí?

—Absolutamente no —le señalé con el dedo, suspirando borracho—. Te vas a quedar en casa de Logan.

—¿A dónde vas entonces? —gimió, acostado de espaldas.

Me reí.

—Voy a conseguir ese traserito —bromeé, entrecerrando los ojos mientras levantaba la barbilla, una amplia sonrisa en mi rostro.