Jake hizo una búsqueda rápido cuando detuvo el coche en la carretera, buscó varias casas en venta que estuvieran con buena ubicación. El pequeño Tom iba muy callado, su voz había quedado un poco ronca por los gritos que había pegado cuando Sam golpeaba a su madre, Ana miraba hacia el techo del coche también sin decir palabra. Su mejilla estaba roja y tenía el pelo muy alborotado. Parecía enojada. — Siento mucho lo que pasó antes. — volvió a repetir por décima vez, Jake — Ya te dije que no es tu culpa. Que tengas una novia loca no es tu culpa. — Sam no es mi novia. — Si, si. ¡Que ya lo sé! Solo te acuestas con ella. — Estas enojada conmigo. — ¡No ! Estoy enojada por dejarme golpear de esa niña rica. — Tienes que calmarte, ya pasó y tu también la golpeaste, te defendiste muy