— Es... no lo sé. Mi cuerpo se ve tan... — Llamativo. — ¡Exacto! Mira mis pechos. — Los veo. — contestó él con una risita. — Los veo. — Se ven algo como así, mira. — guarde aire en mis cachetes y se los mostré. Era la forma que tenían mis senos con aquel vestido. — Son tus senos, no puedes sentir vergüenza de ellos. — No es vergüenza de ellos. Solo no me gusta que los miren. — Yo los estoy mirando. ¡Tú me lo pediste! Se había parado de la butaca que estaba frente al probador y ahora estaba frente a mi. — Es diferente. Tu los miras de otra manera. — ¿Como los miro yo? — sus ojos, malditamente bellos no dejaban de mirarme. — ¡Aléjate! Hace calor. — Aquí está bastante fresco. — volvió a su haciendo dejándome algo de espacio. — No entiendo como es que los miro yo. — Olv