Debía de abrir, era mi oportunidad para ver a Tom, no tenía ni que pensármelo. — ¡Hola! — me agaché y sus diminutas manos rodearon mi cuello. — Mi pequeño. — Mamá… me dejaste. — aquello me destruía. No lo había dejado, no podía llevármelo. Intenté todo y perdí. — No volviste por mi. — Lo siento, Tom. No quería dejarte pero por el momento tendrás que estar con Jake. — Sus ojitos llorosos me hacían daño. — No quiero volver con ellos. Quiero quedarme aquí contigo. — Ya Jake te ha dicho que no puedes. — Dijo Nicol, levanté la vista y la miré con odio. Cada vez más tenía ganas de pegarle, quería pegarle en la boca para que dejara de hablar. Ya su voz me molestaba. — Solo hemos venido para que te vea un momento. Es tarde. — Tom, mírame. — No quería dejarlo ir y no me conformaba con s