Darien guió a Alessandra hacia su consultorio. Internamente pensaba que nada había cambiado con el tiempo. Ella seguía pensando lo peor de él. Lo que más lo inquietaba era esa niña y su padre ¿habían posibilidades que que fuese suya? Sería grandioso, una niña tan hermosa, algo suyo y de su primer y único amor.
Mientras los pensamientos lo consumían, ya estaban en la oficina.
-Antes de hablar de mi tío te voy a aclarar una sola cosa. El papá de mi niña falleció en México cuando era solo una bebé. Voy a agradecerte que no te inmiscuyas en mi pasado ni en nuestras vidas si pretendes seguir cuidando de mí tío. Si es que tu intención es cuidarlo- tanto aclaró como acusó Alessandra.
-Veo que sigues pensando lo peor de mí. Yo no mandé a matar a tus padres y Javier es un héroe para mí. Lo único que quiero es que tenga un final tranquilo. Soy médico antes que hombre- se defendió Darien a punto del colapso.
-Si tanto quieres cuidarlo ¿ porque no lo has convencido de la quimioterapia? Sabemos los dos que es lo que corresponde.
-Javier está en sus cinco sentidos, Aless. No puedo obligarlo a hacer algo que no quiere, así como sé que la quimioterapia no servirá de nada.-trató de razonar él.
-Tu no lo trataste a tiempo. Esto se pudo haber evitado y puedes hacerle el tratamiento como corresponde. No puedes quitarme todo lo que me importa. Tiene que haber algo más. - contra atacó ella deprisa, consumida por la angustia, la frustración y el dolor.-además de que no te permito usar mi diminutivo como si fuéramos amigos.
-Mire señorita, Lioret. Así como usted no me permite meterme en sus asuntos, no voy a permitir que cuestione mi ética profesional, - comenzó a enojarse Brandon.
-Usted no me va a hablar de ética profesional cuando se nota que no trató a mi tío a tiempo- y mientras lo miraba de arriba a abajo con desprecio, agrego ironicamente- doctor Mautone.
-En realidad hay datos que tendría que informarle Javier, pero como veo que no tiene buena fe le voy a aclarar que su tío vino a mí por cuidados paliativos.
Alessandra se sintió mareada en ese momento y se sentó de golpe en la silla. Lo que Brandon decía no tenía sentido. En su mente, su tío llevaba varios meses controlando su salud. El le acercó un vaso de agua y se sentó en la silla contigua.
-Mire, Alessandra. - Se frotó los ojos siendo consciente que que rompía la confidencialidad médico paciente y continuó- Cuando Javier vino a verme hace un mes, él ya sabía de la situación hace un año. El único pedido es irse sin dolor.
La joven sollozaba, desconsolada e incrédula de que le hubieran ocultado durante tanto tiempo la enfermedad de su tío. Su fuente de confianza se había roto y no comprendía porque.
-Tienes que hablar con Javier, Alessandra. Fuera de eso nos debemos una charla y los dos lo sabemos. No se puede evitar para siempre. -Le dijo mientras trataba de calmarla.
Alessandra aún no estaba preparada para volver a tratar el pasado, asique con toda la entereza posible, pronunció pocas palabras antes de retirarse.
-Ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea mi tío. En otra oportunidad hablamos-
Brandon quedó solo en el consultorio pensando que los secretos se lo iban a consumir lentamente. Al menos había uno que pesaba menos en su espalda. Su Aless sabía la verdad sobre su tío.