Cuando Luis regresó a la residencia del rey Zuberi, éste lo recibió con un almuerzo especial, ya que incluyó sus comidas favoritas en el menú. Mientras almorzaban, el monarca le preguntó: - ¿Pudiste averiguar algo de tus rivales en el campamento? - No fue un campamento, tío Zuberi – dijo Luis, frunciendo el ceño. - Lo sé. Es solo que… ¡Uf! Este país es muy extraño. ¡Las mujeres tratan a los esposos como si fueran sus hijos! Ja ja ja. Bueno, a lo que iba: quería saber si pudiste averiguar alguna debilidad de tus rivales en el amor. - Bueno, el guerrero Zafiro ronca mucho y le encanta presumir lo fuerte que es, pero es un bruto sin modales. ¡Fue su culpa que la reina nos castigó a todos! - Los guerreros son considerados nobles de la más baja