CAPÍTULO SEIS Kyra, sujetando la melena de Andor, cabalgó toda la noche con Dierdre a su lado y Leo a sus pies, todos apresurándose por los campos cubiertos de nieve al oeste de Argos como ladrones huyendo en la noche. Mientras las horas pasaban y el sonido de los caballos retumbaba en sus oídos, Kyra se perdió en su propio mundo. Se imaginaba lo que se encontraría en la Torre de Ur, quién sería su tío, qué le diría acerca de ella y de su madre y apenas podía contener su excitación. Pero también tuvo que admitir que sentía temor. Sería un gran viaje el cruzar Escalon, uno que nunca había realizado. Y asomándose enfrente de ellos pudo ver el Bosque de las Espinas. El campo abierto estaba a punto de terminar, y pronto estarían sumergidos en el claustrofóbico bosque lleno de criaturas salvaj