Pablo completamente decepcionado de su esposa guarda la dichosa foto deseando olvidarse de lo sucedido, tiene claro que su matrimonio esta más que dañado y que aunque desee hacer las cosas bien por las niñas e incluso por si mismo nada va a borrar el daño que esta hecho. Desesperado se encamina a casa de la única persona que no lo juzgaría y esa es Sofia, nada más llegar sabe que una vez entre no habrá marcha atrás, toma aire antes de tomar una decisión certera que afectara su futuro y lo que queda de su matrimonio. Liliana llega a su casa tras un largo trayecto en donde sus pensamientos estaban dirigidos a asimilar la verdad de las cosas, la primera es que ese Juan nunca existió y no era más que un actor con nombre Gonzalo la segunda es que estuvo a punto de hacer algo de lo que se hubie