CAPÍTULO VEINTE Gwendolyn estaba parada en la cámara del castillo, mirando por la ventana, viendo cómo Thor se iba volando con Mycoples, con sus grandes alas batiendo contra el alba, a contraluz de la enorme bola del sol de la mañana. Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras intentaba respirar de nuevo, vencida por un millón de emociones contradictorias. Se sintió traicionada por Thor, por su revelación, traicionada al saber que él era el hijo de Andrónico, la única persona que más odiaba en el mundo. Se sentía traicionada porque él se lo había ocultado. Y se sintió traicionada, una vez más, por el mundo. ¿Por qué el destino tenía que ser tan cruel? En todo el universo, ¿por qué nadie más — cualquiera — podría ser el padre de Thor? ¿Por qué tuvo que ser la persona que llenaba la me
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