CAPÍTULO QUINCE
Thorgrin estaba parado en la cima de la loma más alta del país bajo del Reino Occidental del Anillo, mirando el camino, como siempre lo había hecho desde que era un niño, a la espera de que llegaran los hombres del rey. Él miró el camino, brillando en la niebla de la mañana y tenía una panorámica de gran alcance de su ciudad, allí, con la misma apariencia de siempre. Sólo que esta vez, mientras veía con más detenimiento, la vio más abandonada. Parecía como si él fuera la única persona que quedaba en el mundo.
Thor volvió a ver el camino, y hubo un gran retumbo, mientras aparecía una docena de carruajes tirados por caballos, todos hechos de oro bruñido, brillando en el sol. Ellos galopaban hacia él. El sonido se hizo más fuerte, se levantaban nubes de polvo, y su corazón l
