Al final del juego, el perdedor había sido Ezequiel, pero como se había ido, la penitencia del perdedor quedó en el aire porque un león ancestral jamás iba a admitir que perdió y además recibir semejante humillación como usar un vestido. Entonces a sabiendas de eso, el juego quedó sin perdedor oficial, aunque eso era lo que menos le importaba en ese momento a Jim y a Kest, porque ahora lo único que pensaban ambos jóvenes era que tipo de relación secreta había entre el príncipe Aslan y el rey.
—Por lo que veo son muy unidos...—dice el príncipe Kest mirando a Aslan y a su primo el rey.
Morgana y Aslan abren sus ojos de par en par, porque por un instante los dos habían dejado de actuar, así que el primero en hablar fue el príncipe de Albagard quien, carraspeando su garganta se acercó al prí
